Page 54 - Libro Orgullo y Prejuicio
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—Con frecuencia he observado lo poco que les interesan a las jóvenes los
libros de temas serios, a pesar de que fueron escritos por su bien. Confieso que
me asombra, pues no puede haber nada tan ventajoso para ellas como la
instrucción. Pero no quiero seguir importunando a mi primita.
Se dirigió al señor Bennet y le propuso una partida de backgammon. El señor
Bennet aceptó el desafío y encontró que obraba muy sabiamente al dejar que las
muchachas se divirtiesen con sus frivolidades. La señora Bennet y sus hijas se
deshicieron en disculpas por la interrupción de Lydia y le prometieron que ya no
volvería a suceder si quería seguir leyendo. Pero Collins les aseguró que no
estaba enojado con su prima y que nunca podría interpretar lo que había hecho
como una ofensa; y, sentándose en otra mesa con el señor Bennet, se dispuso a
jugar al backgammon.