Page 110 - Necronomicon
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prefiguración de un paisaje devastado por una explosión más verosímil que la de aquellos
                  globos   extrañamente   coloreados   que   llegaban   del   cielo.   Estamos   ante   un   paisaje   de
                  expoliación post-nuclear. Mircea Eliade dice: "El bosque es un símbolo que contiene
                  muerte". El hombre está excluido de estas regiones forestales, donde seres y objetos,
                  plantas y animales, entremezclan y combinan sus formas. En los bosques de Arkham, en los
                  profundos bosques de Massachusetts y Vermont, pueden encontrarse aquellas cavernas que
                  conducen a la mansión de lo innominable y las negras piedras grabadas con curiosos
                  jeroglíficos que invocan a los Seres Mayores incluidos por Lovecraft en el folklore de la
                  brujería de Nueva Inglaterra. También aquí, en la verde oscuridad, siguen viviendo los
                  mitológicos fantasmas con cuernos de los indios pieles-rojas que originalmente vivían en
                  perfecta armonía con los bosques a los que sólo se teme cuando no se conocen. El hombre
                  está excluido de los bosques, pero los indios pieles-rojas no porque ellos no son humanos;
                  quizá antes de que viniesen los europeos vivían como ángeles, aunque ahora alguna caída
                  luciferina los ha convertido en seres de le oscuridad. De forma similar, la tribu de brujas de
                  Salem/Arkham puede encontrar un hogar en los bosques que no son los de antes de la
                  creación ni una sede de la inocencia, sino bosques después de la Caída, reinos concebidos
                  por una naturaleza enloquecida, cuya vida instintiva ha extinguido a la razón. Los indios
                  Narangasset   suelen   ser   evocados   por   Lovecraft   como   sirvientes   de   los   sabios   y
                  nigrománticos   del   siglo   XVIII   cuyos   descendientes   están   forzados   a   soportar   viles
                  herencias de maldición en la era del motor de combustión interna. Los propios indios
                  pieles-rojas existen en el siglo XX como fantasmas o como nombres de lugares, de ríos... el
                  Miskatonic o el Pawtuxet es un largo río "que discurre por muchas regiones colonizadas en
                  las que abundan los cementerios" (The Case of Charles Dexter Ward). La misma ausencia
                  de pieles-rojas  de  sus   propios  bosques  expresa  el  alejamiento  de  esta  extraña  tierra.
                  Oscuramente satánicos, están aliados con el propio Satanás, que no es más que una
                  metáfora de los Seres Mayores o de lo innominable. No son hombres, sino una parte del
                  paisaje, seres de la misma sustancia que los retorcidos y malignos árboles, que el agresivo
                  follaje, del cual podrían brotar flores carnívoras en cualquier momento.

                  El mal forma parte de la estructura de "aquellas antiguas, secretas e inquietantes colinas",
                  "las salvajes y encantadoras colinas detrás de la vieja Arkham condenada por los brujos".
                  Pero la magia negra de dichas colinas no es la de Sabbath, aunque Lovecraft se refiere a
                  menudo a Cotton Mather; aquellos arcos esculpidos. en las profundidades del bosque
                  (véase The Case of Charles Dexter Ward) son las "puertas que ciertos hombres audaces y
                  aborrecibles han condenado totalmente con titánicos muros entre el mundo y el exterior
                  absoluto" (Through the Gates of Silver Key). Los antiguos sabios empleaban métodos
                  cabalísticos para escapar del tiempo, hacia el reino infernal de la mitología Cthulhu; el
                  bosque guarda estos secretos en su laberinto vegetal. Porque el bosque es una especie de
                  laberinto. Pero un laberinto sensible; tiene un "alma terrible" (The Tomb). El bosque es un
                  voraz   y   multiforme   ser   capaz   de   sentir   pasiones,   y   las   expresa   con   el   movimiento
                  inesperado y sin motivo de las ramas y con los remolinos de un viento que mueve las hojas
                  pero que no podríamos sentir en nuestros rostros.

                  Los panoramas ciudadanos de Lovecraft también son laberintos. Un laberinto es una
                  estructura  arquitectónica, aparentemente sin objetivo alguno; su diseño es tan complejo
                  que, una vez en su interior, es imposible o muy difícil salir de él. Algunos antiguos
                  laberintos   parecen   haber   sido   diseñados   como   trampas   para   demonios.   Una   vez   las



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