Page 200 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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LAS DESVENTURAS DE UNAMÓN
Entonces, un día en que él sacrificaba a sus dioses, el dios24 tomó n
un sacerdote de entre sus sacerdotes25 y lo hizo entrar en éxtasis. Y le
dijo: «¡Trae al dios a lo alto26, trae al embajador que está a su cargo! /11,
40] Es Amón quien lo ha enviado, es él quien lo ha hecho venir». En tan
to que el médium estaba en éxtasis aquella tarde, yo había encontrado un
barco cuya proa estaba (girada) hacia Egipto, y había cargado ahí todos
mis bienes. Y contemplaba hacia el crepúsculo27, diciéndo(me): «En
cuanto descienda, embarcaré al dios, para que ningún otro ojo (salvo el
mío) lo vea», cuando el capitán del puerto vino a mí y (me) dijo: «¡Per
manece (aquí) hasta mañana, por orden del príncipe!»28. Pero yo le res
pondí: «Eres tú el que no dejaba de venir para encontrarme cada día di-
ciéndome. “¡Vete de mi puerto!”, y (me) dices (ahora): “¡Permanece esta
noche aquí!”,/[1,45] para permitir al barco que he encontrado salir, y des
pués venir de nuevo a decir(me): “¡Vete!”». Se marchó y dijo esto al prín
cipe, y el príncipe envió a decir al capitán comandante del barco29: «¡Per
manece (aquí) hasta mañana, por orden del príncipe!».
Entrevista con el príncipe de Biblos
Cuando llegó la mañana, él (me) envió (a alguien) y me hizo conducir
a lo alto, en tanto que el dios reposaba en la tienda donde se encontra
ba30, (al) borde del mar. Lo encontré sentado (en) su estancia, con la es
palda vuelta hacia una ventana, y las olas del poderoso mar de Siria gira
ban hasta (la altura de) su cuello31. /[1,50] Y yo le dije: «¡Que Amón te
bendiga!». Y él me dijo: «¿Cuánto tiempo, hasta este día, hace desde que
abandonaste la residencia de Amón?». Le respondí: «Cinco meses de
días32 hasta hop). Entonces me dijo: «Veamos, ¿estás en lo cierto? ¿Dón
de está el decreto de Amón que (debía estar) en tus manos? ¿Dónde está
la carta del Primer Profeta de Amón33 que (debía estar) en tus manos?».
24 No ei dios de Biblos, Adonis, sino Amón.
:
21 «Sacerdote» cdd-eí, y no «paje»; ver en relación con esta nota A. Scharff, en ZAS 74 (1938) p. 147.
2(>Es decir, a la residencia del principe; la misma expresión en l. 1,47.
2 La carga estaba terminada: estamos al final de la jornada, y Unamón tiene los ojos fijos
en el poniente, esperando la caída de la noche.
28 Lit. «ha dicho él, a saber, el príncipe».
2'J Lit. «el capitán de navio (hry m n s) del barco (br)».
1(1La estatua de Amón-del-Camino no abandona la tienda donde Unamón prudentemente
la ha guardado.
λΙ Unamón, que entra en el despacho (u oficina) del príncipe, ve por la ventana, en lonta
nanza, un mar agitado, girando las olas, cuyo cénit le parece que está a la misma altura cjue el
cuello del príncipe de Biblos, el cual se encuentra sentado ante esta ventana, dando la espalda al
paisaje. Ilusión óptica, que no ha sido nunca objeto de atención en la literatura egipcia, como ha
demostrado H. Schäfer, «Bildhorizont...», en OL-Z 32 (1929), p. 812.
,2 Es decir, cinco meses completos. Cfr. más arriba, p. 134, nota 16.
El Primer Profeta y futuro rey Herihor. Para ^rt.k «tus manos», cfr. más arriba, p. 156,
nota 27. Lo mismo en p. 203, 1. 2,37.