Page 202 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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LAS DESVENTURAS DE UNAMÓN
taba de regalos, lo que ellos enviaban a mi padre40. Y yo tampoco soy tu
siervo, ni soy el servidor de aquél que te ha enviado41. Cuando hablo con
voz potente al Líbano, el cielo se abre y los árboles se encuentran tendí
dos desde aquí (hasta) el borde el mar42. Entrégame /[2,15], pues, las ve
las que has traído para conducir a <Egipto> tus barcos cargados con tus
maderos. Dame los cables que has traído [para atar los pinos] que debo
cortar y proporcionarte. [¿Pero cómo vas a llevarte los troncos]43 que te
voy a proporcionar? Las velas de tus barcos <serán insuficientes>, las ca
bezas44 (de delante y de detrás) serán (demasiado pesadas), se quebrarán
y perecerás (en) medio del mar. Mira, Amón aúlla en el cielo y deja que
Sutekh45 <se desencadene> en su momento. Porque Amón /[2,20] ha
fundado todos los países; los ha fundado, pero ha fundado ante todo al
país de Egipto, de donde justamente vienes. Y es de Egipto de donde ha
salido la perfección para alcanzar mi propio país, es de Egipto de donde
ha salido la sabiduría46 para alcanzar mi propio país. ¿Qué significan es
tas tonterías que te han hecho hacer?»47.
Yo le respondí: «¡No es cierto! No son para nada tonterías las empre
sas en las que estoy embarcado. No hay sobre el río un navio que no per
tenezca a Amón. A él le pertenece el mar; a él pertenece el Líbano del que
tú has dicho: “Me pertenece”, siendo así que constituye /[2,25] el domi
nio de Usir-hat-Amón, la reina de todas las barcas sagradas. En verdad que
Amonrasonter ha dicho, hablando a Herihor mi señor: “Envíame”48. Y él
me ha hecho marchar (a mí, Unamón), con este gran dios. Pero mira, has
dejado a este gran dios pasar veintinueve días desde su desembarco (en)
tu puerto, siendo así que tú no ignorabas que él estaba aquí. ¿Acaso no
es él el mismo que siempre ha sido? ¡Y sin embargo tú continúas aquí
para mercadear el Líbano con Amón, que es su propietario! Y en cuanto
a tu propósito: “Los reyes de antaño han enviado plata y oro”, (yo te res
411Lit.: «no era un envío de regalos lo que ellos (los soberanos de Egipto) hacían a mi pa
dre». El dinero era simplemente el precio de la madera proporcionada.
41 Herihor, a quien Unamón llama «mi señor», l. 1,15 y 2,26.
42 Cuando su voz potente se hace oír, los árboles del Líbano, cuya cima está cerca del cie
lo, descienden y se colocan al borde del mar.
4’ Restitución dudosa, que no tiene otra finalidad que cubrir la laguna utilizando lo mejor
posible el texto que queda. Todo este pasaje es de difícil interpretación.
44 El sustantivo plural tp y w ha de relacionarse con las expresiones tp n O hct v tp n p ip h w y
de la 1. 2,38: podría pues designar los extremos curvos que, a proa ν a popa de un navio, se al
zan sobre el nivel del agua.
45 O «produce a Sutekh en su tiempo». Sutekh, que originalmente no es otro que Seth
(cfr. p. 145, n. 12) está a menudo representado (así coma Baal) como el dios de la tormenta y
de la tempestad. Hemos visto en Honis y Seth cómo el Señor Universa] había reservado este pa
pel a Seth para compensarlo del triunfo de Horus (más arriba, p. 202).
46 Lit. «la enseñanza». «Mi propio país», lit. «El (lugar) donde yo estoy».
4 ¿Cómo es ello que el soberano de un país tan sabio como Egipto hava lanzado a Unamón
a una aventura tan loca?
* Es decir: envía mi estatua (llamada Amón-del-Camino).