Page 28 - Bibliografa de las lenguas quechua y aymar
P. 28
26 MUSEUM OF THE AMERICAN' IXDIAX
B. M.—Mi ejemplar esta falto de portada, y el de Ouaritch carece de 5 ho] as.
unicos dos que hasta ahora se conocen.
LuDEwiG, Amer. aborig. languages, p. 116.
VixAZA, Bibl. de las lenguas de Amer., n. 103.
Xo es, como cree Ludewig, la misma obra que la que se imprimio en
Lima en 1619 con el nombre del P. Diego de Torres Rubio, ni es tampoco
primera edicion de la Gramatica de Gonzalez Holguin de 1607, como piensa
Ouaritch. Es identica a la que se conoce con nombre de Francisco del
Canto que salio de las prensas de Lima en 1614.
y
De la dedicatoria que el P. Torres Rubio hizo del ConfesiG72o,rio descrito
en un numero precedente al Cardenal Arzobispo de Sevilla consta sin
lugar a duda que el fue el que hizo imprimir el libro, pero es de creer, en
cambio, que no fuese el autor, cuando, segiin sus palabras, no podia tener
mejor ocupacion, el y sus companeros, que ((aprender las dichas lenguas:))
expresiones que se avienen muy mal con la idea de que lo hubiese com-
puesto, tanto mas cuanto que solo muchos afios despues (1619) vino a
dar a luz en Lima un libro analogo, el cual no contiene alusion alguna a
este de Sevilla de 1603.
Esta opinion nuestra concuerda asi con lo que dice Leon Pinelo en su
Epitome, p. 109: ((x. Gramatica y vocabulario en la lengua quichua y
espanola, P. Diego de Torres le imprimio, aunque no fue el autor, ano
de 1603. 8.°))
Alegambe, Bibl. Script., 1643, lolio> P- 9>> seguido por el P. Alcazar,
Chronohistoria, t. II, fol. 379; Nicolas Antonio, Bibl. Hisp. Nova, I, 319;
Gonzalez de Barcia, Epitome, t. II, col. 726; Menendez y Pelayo, Invent,
bibl., t. Ill, p. 301 (que da el titulo de la obra en latin); Vinaza, Bibliogr.
de las lenguas Amer., n. 107, atribuyen al P. Torres Rubio una Gramatica
y vocabulario en lengua quichua, aymard y espanola, Roma, 1603, 8.°;
siendo de advertir que los dos primeros y el ultimo de los autores que
mencionamos creen que, al paso que Torres Rubio tue el verdadero autor,
un jesuita italiano (que suponen, a todas luces equivocadamente, lo
fuera el P. Luis Bertonio, como que por ese entonces vivia en el Peru)
dispuso e imprimio la obra.
Por lo que queda expuesto, se deja comprender que ni Torres Rubio
fue el autor, ni menos que imprimiese en Roma un libro que en el mismo
aiio 1603 declaraba entregar a las prensas de Sevilla. La citada edicion
de Roma me parece, pues, que no ha existido.
Datos biograficos del P. Torres Rubio se encuentran en los libros de
Alegambe y Alcazar citados; en las paginas 685-87 del tomo IV de las
Vidas ejemplares del P. Nieremberg; en Torres Saldamando, Jesuitas del
Peru, pp. 79—81, y en las demas que cita este ultimo escritor.
Sobre el particular solo diremos nosotros que llevo a Espaiia una carta
de recomendacion del Cabildo de la Paz, datada en 8 de Marzo de 1601,
en la que la corporacion expresaba al Consejo de Indias que el P. Torres