Page 164 - Auge y caída del antiguo Egipto
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construir una nueva y mejorada ruta por el desierto sería la causa de su caída.
               Justo a unos metros de su inscripción conmemorativa se halla otro texto, mucho

               más breve. Reza sencillamente: «El hijo de Ra, Intef», y señala la toma por parte

               de los tebanos de la nueva ruta de Tyauty, sin duda en una operación relámpago
               iniciada  desde  una  de  sus  guarniciones  en  el  desierto.  Una  vez  eliminado  el

               control de Gebtu sobre el Desierto Occidental, nada se interponía ya entre Tebas

               y Abedyu, la capital administrativa del Alto Egipto y el antiguo cementerio de

               los  reyes.  En  este  contexto,  el  nuevo  título  de  Intef,  «hijo  de  Ra»,  resulta
               sumamente significativo. A diferencia de sus predecesores, él no se contentaba

               simplemente con el estilo y la dignidad de un gobernador provincial, o siquiera

               regional. Ahora aspiraba a la realeza. Al atribuirse a sí mismo el antiguo apodo
               de los soberanos, el «rey» Intef planteaba un desafío directo a la Casa de Jety. El

               premio era nada menos que el trono de Horus.





               EN PRIMERA LÍNEA


               Puede que los tebanos se mostraran confiados, pero sus adversarios no estaban

               dispuestos a renunciar a la realeza sin luchar. La guerra civil egipcia, una vez

               declarada formalmente, duraría más de un siglo (2080-1970), marcando la vida
               de  cuatro  generaciones.  El  carácter  marcial  de  la  época  queda  notoriamente

               reflejado  en  los  monumentos  contemporáneos:  en  las  tumbas  abundan  las

               escenas de soldados; en las estelas (lápidas conmemorativas), muchas personas

               se  harían  representar  con  arco  y  flechas  en  la  mano,  y  entre  los  objetos
               funerarios  a  menudo  se  incluían  armas  de  verdad.  Nunca  antes  la  sociedad

               egipcia había estado tan militarizada. Asimismo, y también de manera muy poco

               habitual,  una  serie  de  inscripciones  conmemorativas  de  ambos  bandos  del
               conflicto nos permiten reconstruir los progresos de la guerra, con sus victorias y

               reveses tanto para los tebanos como para los heracleopolitanos.

                  Obtener el control de las rutas del desierto que pasaban por la «curva de Qina»
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