Page 244 - Auge y caída del antiguo Egipto
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                                               Se restablece el orden










               LUCHA ARMADA


               La liberación de Egipto del dominio hicso sería recordada por las generaciones

               posteriores  como  un  momento  de  renovación  nacional  y  de  renacimiento
               cultural, como el alba de una nueva era. A los reyes que encabezaron la lucha

               por  la  independencia  egipcia  se  les  consideraría  fundadores  y  unificadores

               equiparables  al  gran  Mentuhotep,  vencedor  de  la  prolongada  guerra  civil  del
               país. También los egiptólogos comparten esa visión de la lucha entre los egipcios

               autóctonos  y  sus  dominadores  asiáticos:  la  expulsión  de  los  hicsos  señala  el

               comienzo  del  Imperio  Nuevo,  la más  gloriosa de todas las  épocas de la larga

               historia del antiguo Egipto.
                  Pero no era esa la percepción que por entonces se tenía. El lamento del rey

               Kamose sobre el estado de su país era absolutamente sincero. En 1541, cercado

               entre los hicsos por el norte y los kushitas por el sur, «Egipto» como territorio

               autónomo ocupaba apenas una tercera parte del área que habían controlado los
               grandes reyes de la XII Dinastía. Para muchos egipcios, incluso en el corazón

               del territorio tebano, el statu quo vigente no parecía una mala opción. Al fin y al

               cabo, la colaboración con el gobernante hicso de Hutuaret tenía sus ventajas: a
               los tebanos se les permitía cultivar los campos y apacentar sus rebaños en las

               tierras controladas por los hicsos, y recibir suministros de forraje de la misma

               región, a cambio de los tributos que pagaban a sus señores extranjeros. Parece
               ser  que  incluso  los  propios  funcionarios  de  Kamose  le  decían  que  se  sentían

               satisfechos  de  su  relación.  Aunque  este  podría  ser  el  clásico  ejemplo  de
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