Page 249 - Auge y caída del antiguo Egipto
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mujeres y de haber saqueado sus barcos de carga llenos de productos de Oriente
               Próximo:  «Oro,  lapislázuli,  plata,  turquesa,  incontables  hachas  de  bronce  …

               aceite  de  moringa,  incienso,  manteca,  miel,  sauce,  madera  de  boj…».                 6

               Asimismo, afirmaría haber tenido al alcance de la vista la propia ciudadela regia
               —un  edificio  al  que  aludía  desdeñosamente  como  «la  Casa  de  las  Valientes

               Palabras»—,  donde  las  mujeres  de  los  hicsos  «se  asomaban  a  las  almenas  …

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               como  ratoncillos  en  sus  madrigueras».   Tras  alinear  sus  fuerzas  navales  en
               formación de combate, Kamose lanzó un ataque frontal contra el reducto de los
               hicsos, aunque al parecer sin éxito. Poniendo al mal tiempo buena cara, pese a su

               fallida tentativa regresó triunfante a Tebas al frente de su ejército. Siguiendo una

               inveterada  costumbre,  ordenó  que  sus  heroicas  hazañas  quedaran  registradas
               para la posteridad en una serie de grandes estelas erigidas en el templo de Amón

               en  Ipetsut.  Pero  las  celebraciones  tebanas  resultarían  efímeras,  puesto  que  se

               verían interrumpidas por la inesperada muerte de Kamose unos meses después,

               en 1539. Se ignora la causa de su prematura desaparición, pero el caso es que,
               pese a toda su jactancia y valentía, el suyo no fue el funeral de un vencedor:

               habiendo  dejado  inacabada  la  obra  de  su  vida,  fue  enterrado  en  un  ataúd

               modesto, sin ninguna clase de dorados, con dos dagas junto a su cuerpo.
                  Como si la muerte de Kamose no resultara ya bastante devastadora para los

               egipcios,  su  sentimiento  de  pérdida,  frustración  e  inquietud  debió  de  verse

               incrementado  por  los  caprichos  de  la  sucesión  real.  Justo  tres  años  antes,
               Kamose  había  sido  elegido  rey  en  lugar  del  heredero  natural,  muy

               probablemente  porque  tenía  la  edad  adecuada  para  proseguir  la  lucha  que  le

               había arrebatado la vida a Seqenenra. A la sazón, con Kamose también fallecido,
               no resultaba fácil volver a dejar de lado al heredero… por más que este fuera

               solo un niño.

                  Mientras Tebas aguardaba a que su nuevo rey, Ahmose, alcanzara la mayoría

               de edad, transcurrieron diez largos años en un punto muerto desde un punto de
               vista militar. Con Buhen en manos egipcias, se logró mantener a raya a Kush.

               Las  desmoralizadas  fuerzas  de  Apepi  no  estaban  en  situación  de  lanzar  un
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