Page 252 - Auge y caída del antiguo Egipto
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años las fuerzas egipcias rodearon la ciudad, hasta que también esta se rindió. Se
               estableció entonces una guarnición leal, como en Buhen, para garantizar que el

               territorio  circundante  permaneciera  fiel  al  rey  egipcio.  Y,  para  asegurarse  del

               todo, se estacionó también una fuerza de respaldo en la cercana Gaza, que había
               sido rebautizada como «la Ciudad que tomó el Soberano» solo para restregarle

               su  derrota.  La  victoria  de  Ahmose  era  total.  Tras  un  breve  recorrido  por  las

               costas  de  Palestina,  donde  arrasó  unas  cuantas  ciudades  para  intimidar  a  la

               población autóctona, el rey volvió triunfalmente a Egipto. Los odiados asiáticos
               habían sido expulsados. Se había restablecido la unidad nacional.

                  Expulsar a los hicsos y proteger la frontera norte de Egipto con una zona de

               seguridad defensiva eran un buen comienzo, pero Ahmose sabía que la futura
               prosperidad  del  país  dependería  de  algo  más  que  de  la  mera  seguridad.  Por

               encima  de  todo,  necesitaba  un  renovado  acceso  al  oro,  y  ello  implicaba  la

               reconquista  a  gran  escala  y  la  reocupación  de  Nubia,  especialmente  la  región

               aurífera al sur de la segunda catarata. Ese se convertiría en el principal objetivo
               estratégico de la última parte del reinado de Ahmose. Buhen estaba ya en manos

               egipcias, convertida en una útil base de operaciones de avanzada; pero lo que

               Egipto  necesitaba  sobre  todo  era  un  cuartel  general  fortificado  situado  en  las
               proximidades de las minas de oro. Y ello requería superar al gran conquistador

               Senusert III y llevar la frontera aún más al sur de donde estaba Semna.

                  Por fortuna, se encontró el emplazamiento geográfico perfecto para tal fin. La
               isla de Shaat (la actual Sai) estaba a medio camino entre la segunda y la tercera

               cataratas, justo en el corazón de la región aurífera. Era una de las mayores islas

               del Nilo nubio, y resultaba ideal para el asentamiento y la fortificación. Así, en
               la que sería su única campaña nubia, Ahmose se dirigió directamente a Shaat,

               ocupó la isla y construyó allí un cuartel general militar rodeado por un enorme

               muro fortificado de casi cinco metros de espesor, reforzado con contrafuertes. Su

               emplazamiento  se  eligió  muy  bien:  en  lo  alto  de  un  afloramiento  de  arenisca
               desde el que se dominaba el brazo oriental del Nilo y una amplia franja de su

               orilla este. Asimismo, se abrió una cantera de arenisca en la misma Shaat a fin
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