Page 251 - Auge y caída del antiguo Egipto
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capital. Espoleados por el éxito de sus camaradas, los infantes de marina
lanzaron un valeroso ataque por el principal brazo del Nilo que pasaba por la
ciudadela de los hicsos, matando a varios soldados enemigos. La guerra de
desgaste parecía decantarse del lado de Tebas. Ahmose, hijo de Abana, fue
recompensado por su valentía con el «oro de honor», la más alta condecoración
militar egipcia y la primera del total de siete que recibiría durante su larga y
distinguida carrera.
Un segundo ataque de la infantería de marina hubo de ser aplazado cuando el
rey reunió a sus fuerzas para que tomaran parte en la fiera batalla que se libraba
al sur de Hutuaret; a medida que las fuerzas terrestres tebanas se acercaban a su
objetivo final, estaban empezando a encontrarse con una resistencia más firme.
La última fase de la estrategia del rey Ahmose, antes de que pudiera iniciarse el
ataque frontal a Hutuaret, era la toma de Tyaru, la fortaleza fronteriza que tan
vital se había revelado para la seguridad nacional durante la XII Dinastía. Tres
meses después de haber conquistado Iunu, y tras un breve asedio, el ejército de
Ahmose tomó el fuerte. Ahora las fuerzas tebanas se hallaban en situación de
interceptar cualquier posible retirada de los hicsos de Hutuaret. Apepi y sus
seguidores estaban atrapados.
Con aquella serie de movimientos cuidadosamente planificados y
brillantemente ejecutados, no cabía duda de cuál iba a ser el resultado final:
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«Hutuaret fue saqueada». El lacónico comentario de Ahmose, hijo de Abana,
resumía en pocas palabras la victoria tebana. La mayoría de los habitantes
asiáticos de Hutuaret no tardaron en encontrar la muerte. Para los que lograron
escapar a la destrucción de su ciudad, las fuerzas egipcias aguardaban en la
frontera. Puede que unos pocos lograran llegar a la seguridad relativa del
territorio controlado por los hicsos en Palestina, pero el rey Ahmose también
tenía planes para ellos. Decidido a que no hubiera escondite alguno para los
hasta entonces opresores de Egipto (tal como él los veía), dirigió a su ejército a
través del norte del Sinaí y sitió a Sharuhen (la actual Tell el-Ayyul), el principal
centro del poder político y comercial hicso en Oriente Próximo. Durante tres