Page 391 - Auge y caída del antiguo Egipto
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la  protectora  real  Hathor.  En  su  interior,  en  la  pared  trasera  del  santuario,  se
               representa a la vaca Hathor emergiendo de la primigenia marisma de papiro y

               protegiendo al rey con su abrazo. Fuera, en cambio, se prescinde de cualquier

               pretensión de piedad, y la decoración se concentra en la «gran esposa» del rey,
               Nefertari, y en su amoroso esposo. A ambos lados de la puerta de entrada, una

               estatua pedestre de la reina aparece flanqueada por dos colosos de Ramsés, de

               casi diez metros de altura. El mayor de los dos templos lleva esta temática aún

               más allá, y las estatuas y relieves de Ramsés dominan tanto el interior como el
               exterior. La fachada está formada por cuatro inmensas estatuas sedentes del rey,

               cada una de las cuales mide alrededor de veinte metros de altura. En el pedestal

               se  muestra  el  nombre  del  rey  sobre  varias  filas  de  cautivos  extranjeros,
               subrayando  así  su  dominio  sobre  todos  los  pueblos.  En  el  interior,  diversas

               escenas  representan  a  Ramsés  matando  a  los  enemigos  de  Egipto  y

               ofreciéndoselos  a  los  dioses,  entre  los  que,  lógicamente,  se  incluye  su  propia

               figura divinizada. De hecho, la apoteosis de Ramsés es el tema dominante en
               Abu Simbel. En la desolada y conquistada Nubia, lejos de la mirada vigilante de

               los dioses, el rey pudo dar rienda suelta a su megalomanía.

                  Pero la verdadera medida del autobombo del rey se pone de manifiesto en las
               partes más recónditas de Abu Simbel. Más allá de la sala hipóstila —cada una de

               cuyas columnas aparece decorada con una colosal estatua pedestre de Ramsés

               bajo  la  apariencia  de  Osiris—  y  las  ubicuas  representaciones  de  la  batalla  de
               Qadesh,  se  halla  el  santuario,  profundamente  excavado  en  la  montaña.  Este

               espacio íntimo está dominado por las estatuas de los cuatro principales dioses de

               Egipto, talladas en roca viva. Permanentemente en sombras, en un lado se halla
               Ptah, dios ctónico creador de Menfis. Junto a él están Amón, el dios creador de

               Tebas; Ra-Horajty, el dios solar, y el Ramsés divinizado. En su mente, como en

               sus  monumentos,  el  rey  se  equiparaba  a  las  deidades  más  antiguas  y

               reverenciadas de Egipto. Asimismo, dos días al año, el 21 de febrero y el 21 de
               noviembre  —uno  de  ellos  presumiblemente  el  cumpleaños  de  Ramsés—,  los

               primeros  rayos  del  sol  naciente  penetraban  por  la  entrada  del  templo  e
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