Page 455 - Auge y caída del antiguo Egipto
P. 455

19

                                                 Escisiones internas










               EL ENEMIGO INTERIOR


               A veces la propaganda faraónica debía de sonar más bien huera, incluso para una

               población  bombardeada  de  manera  incesante  e  invariable  con  las  verdades  a
               medias del gobierno. Cuando murió Ramsés XI, en 1069, los reyes de Egipto

               llevaban casi un siglo y medio jactándose de sus famosas victorias contra los

               invasores libios. Allá por 1208, Merenptah había ordenado que se erigiera una
               gran inscripción conmemorativa en el templo de Amón-Ra, en Ipetsut, relatando

               su aplastante victoria sobre una de tales incursiones, encabezada por el jefe libio

               Mery. Aun así, solo tres años después los libios habían vuelto. A ello le había

               seguido  otra  victoria  militar  y  la  consiguiente  inscripción  conmemorativa,
               aunque los esfuerzos del faraón apenas aportarían a Egipto dos décadas de paz y

               seguridad. Pero lo que los propagandistas de Merenptah no mencionaban era que

               el gobierno se había visto obligado a establecer una guarnición defensiva en el

               oasis  del  sur  para  impedir  la  infiltración  libia  desde  el  desierto…  y  que  los
               soldados encargados de dicha defensa eran precisamente mercenarios libios. ¡Ni

               más ni menos que convertir a los cazadores furtivos en guardabosques!

                  Bajo el reinado de Ramsés III, las batallas contra los libios de 1182 y 1176 no
               resultaron ni mucho menos tan concluyentes como sugería la propaganda oficial.

               En  flagrante  contradicción  con  ese  triunfalismo,  las  autoridades  habían  creído

               necesario  fortificar  los  templos  de  la  orilla  oeste  del  Nilo,  incluida  la  propia
               «Mansión de Millones de Años» del rey, con sus valiosos tesoros y graneros. A

               pesar  de  todos  los  esfuerzos  de  los  egipcios,  los  libios  que  habían  sido
   450   451   452   453   454   455   456   457   458   459   460