Page 460 - Auge y caída del antiguo Egipto
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la historia egipcia. En su patria de la Cirenaica costera, los libios se habían
organizado con criterios tribales, con estructuras de poder bastante imprecisas
basadas en grupos familiares, reforzadas por vínculos matrimoniales y lealtades
feudales; nada más lejos de la fuertemente centralizada monarquía absoluta del
valle del Nilo. Ya antes del final del Imperio Nuevo, los generales libios de
Ramsés XI habían mostrado su desdén por un Estado unificado, con Pianj y
luego Herihor gobernando felizmente el sur del país mientras Nesbanebdyedet,
el cuñado de Herihor, hacía lo propio en el norte.
La división administrativa de Egipto en dos mitades había sido un rasgo del
gobierno faraónico desde los tiempos más antiguos, pero siempre con un solo
rey que uniera «las Dos Tierras». Una vez desaparecido Ramsés XI, sus
sucesores libios no vieron necesidad alguna de mantener esa tradición. Para
ellos, tener a dos reyes gobernando simultáneamente sobre las diferentes partes
del país no era un anatema, sino algo completamente normal, y no suponía la
anarquía, sino una sensata descentralización. En cualquier caso, los matrimonios
y las alianzas mantuvieron los vínculos de lealtad entre las dos ramas de la casa
gobernante y sirvieron para evitar dinastías disidentes. Con todo, la posterior
delegación de poderes a los hijos de los reyes —un hecho sin precedentes hasta
entonces, que se tradujo en que muchos de ellos fueron puestos al mando de las
principales ciudades— y otros aspectos del feudalismo libio vinieron a debilitar
inevitablemente el poder del gobierno central y de la monarquía, con predecibles
consecuencias a largo plazo.
Pero todo eso sería en el futuro. Por el momento, con el último de los faraones
ramésidas enterrado sin mayores complicaciones en el Valle de los Reyes, sus
sucesores libios podían darse por contentos. Uno de ellos era el amo
incuestionable del Alto Egipto, mientras que el otro era señor del delta. Egipto
había entrado en una nueva era de dominación extranjera.
HISTORIA DE DOS CIUDADES