Page 554 - Auge y caída del antiguo Egipto
P. 554

política,  dirigida  a  ocultar  las  verdaderas  intenciones  de  Ptolomeo  bajo  una
               pátina  de  lealtad.  Un  año  antes,  Ptolomeo  había  trasladado  su  residencia  a

               Alejandría,  la  ciudad  de  Alejandro  a  orillas  del  mar.  Cuando  la  nueva  capital

               estuvo lista, el general ejecutó su jugada. El 12 de enero del 304 se proclamó rey.
               Uno  de  sus  primeros  actos  como  monarca  fue  ordenar  que  el  cuerpo  de

               Alejandro fuera trasladado a Alejandría y vuelto a enterrar, esta vez en un ataúd

               con los lados de cristal, en una suntuosa nueva tumba. Allí yacería Alejandro por

               toda  la  eternidad  como  padre  fundador  y  dios  patrón  no  solo  de  una  nueva
               ciudad, sino también de una nueva dinastía. Había llegado la Casa de Ptolomeo.

                  Los ochenta años siguientes, bajo los tres primeros Ptolomeos, representarían

               la  edad  de  oro  del  gobierno  ptolemaico.  Aunque  elevado  al  rango  de  rey,
               Ptolomeo no perdió ninguna de sus dotes de general y utilizó las interminables

               guerras  de  los  Diádocos  para  forjar  un  imperio  en  el  Mediterráneo  oriental.

               Conquistó  Chipre  en  el  313,  seguido  de  diversos  enclaves  estratégicos  en

               Anatolia y el Egeo que se añadieron a la Cirenaica (la costa libia), que ya había
               anexionado  a  Egipto  solo  un  año  después  de  la  muerte  de  Alejandro.  A

               comienzos de la década del 280, Ptolomeo fue reconocido como jefe de la Liga

               Insular,  asegurando  así  su  hegemonía  sobre  las  Cícladas,  y  selló  alianzas
               estratégicas con Macedonia a través de matrimonios diplomáticos con las hijas

               de  dos  importantes  familias.  Cuando  murió,  en  el  invierno  del  283/282,  a  la

               avanzada  edad  de  ochenta  y  cuatro  años,  Ptolomeo  I  había  logrado  crear  una
               zona de protección frente a posibles invasiones que duraría otros dos siglos y

               medio.

                  El resultado final del conflicto entre los sucesores de Alejandro fue una triple
               división  de  su  reino:  en  el  noroeste,  Macedonia,  su  patria  ancestral,  seguía

               siendo  un  reino  independiente;  en  el  sur,  los  Ptolomeos  gobernaban  Egipto,

               Cirenaica y Chipre; la gran franja central de territorio, que comprendía el sur de

               Anatolia, Oriente Próximo, Mesopotamia y Persia, había caído en manos de otro
               de los generales de Alejandro, Seleuco, y el reino seléucida estaba emergiendo

               como un poderoso rival del Imperio ptolemaico. Las disputas territoriales entre
   549   550   551   552   553   554   555   556   557   558   559