Page 582 - Auge y caída del antiguo Egipto
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lo bastante mayor para viajar y lo bastante joven para que se le permitiera salir
de Egipto sin que representara una amenaza para su hermana mayor Berenice. Si
Cleopatra pasó realmente sus años de preadolescencia en Roma, debió de extraer
valiosas lecciones de la experiencia. Ningún gobernante ptolemaico podía
permitirse el lujo de consentir plenamente a todos los deseos romanos, pero
tampoco podía ignorarse por completo a Roma. Mantener el trono conservando
la soberanía nacional requería de la máxima habilidad para saber andar en una
cuerda floja extremadamente fina. Y Cleopatra pronto se encontraría haciéndolo
sin ayuda de nadie.
Poco tiempo después de regresar de Roma, Ptolomeo se dedicó a reforzar su
posición entre el clero y la población autóctona en general. Desde los tiempos de
Narmer, los reyes habían bruñido sus credenciales y cimentado su autoridad
embelleciendo los santuarios de los dioses y realizando viajes de inspección.
Casi tres milenios después, Ptolomeo XII no vio razón alguna para apartarse de
la práctica habitual. En consecuencia, ordenó que se iniciara la construcción de
un enorme y nuevo templo consagrado a la diosa Hathor en Iunet, en el Alto
Egipto, cuya primera piedra fue colocada el 16 de julio del 54. Al mismo tiempo,
Ptolomeo hizo un viaje oficial a Menfis, acompañado del principal representante
de la aristocracia autóctona, Pasherenptah, el sumo sacerdote de Ptah. Ambos
actos constituían una deliberada exhibición del tradicional poder faraónico, y
Ptolomeo adoptó otra medida más para asegurar su dinastía designando a
Cleopatra su corregente oficial en el año 52. Después de casi tres décadas
ocupando un trono difícil, quizá percibía que sus días estaban contados. El 7 de
marzo del 51 tuvo lugar en Egipto un eclipse solar, que fue ampliamente
interpretado como un presagio funesto. Unos días más tarde, Ptolomeo XII
moría, y Cleopatra era proclamada monarca de Egipto. Tenía tan solo diecisiete
años.
Conforme a la voluntad de su padre, Cleopatra compartió el trono con el
mayor de sus dos hermanos (Ptolomeo XIII, que entonces tenía diez años de
edad) y se designó a Roma su protectora oficial. Como la mayor parte de las