Page 585 - Auge y caída del antiguo Egipto
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su lugar. Luego los acontecimientos se precipitaron. En marzo del año 47
llegaron refuerzos romanos para liberar a César y Cleopatra de su prisión
palaciega. Siguió una lucha feroz, durante la cual Ptolomeo fue ahogado en el
Nilo. Con su rival fuera de combate, Cleopatra fue restituida en el trono, con el
único hermano que le quedaba —otro Ptolomeo más, de once años de edad—
como corregente, al tiempo que Roma devolvía Chipre a Egipto como un nuevo
gesto de apoyo. Asimismo, Arsínoe fue hecha prisionera y deportada a Italia.
César y Cleopatra remontaron el Nilo para celebrar su triunfo, por más que la
flotilla que les acompañaba, de cuatrocientos barcos romanos de transporte de
tropas, apenas diera motivos de celebración a la población egipcia. Cleopatra
había ganado, pero Egipto había perdido. Las tres legiones romanas desplegadas
ahora permanentemente en el valle del Nilo daban fe de ello. Como señalaría el
propio César en su posterior informe:
[Yo] consideraba beneficioso para el buen funcionamiento y el prestigio de nuestro imperio que el rey
y la reina [Ptolomeo XIV y Cleopatra] estuvieran protegidos por nuestras tropas mientras nos siguieran
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siendo fieles; pero si se mostraban desagradecidos, esas mismas tropas podrían hacerles entrar en razón.
La presencia de un ejército de ocupación no fue el único legado que César
dejó a Egipto. En el verano del año 47, después de que este se hubiera marchado
para proseguir su campaña, Cleopatra dio a luz a un niño. Sin albergar la menor
duda sobre su paternidad, le puso el nombre de Ptolomeo César. A instancias
suyas, la ceca de Chipre acuñó monedas conmemorativas especiales para
celebrar la llegada del vástago real; decoradas con la doble cornucopia,
proclamaban la abundancia y la promesa de la unión romano-egipcia.
Otro nacimiento, un año después, fue motivo de igual celebración y
agradecimiento. Esta vez, tanto el padre como la madre estaban presentes para
compartir su alegría. Los felices padres eran el sumo sacerdote Pasherenptah y
su esposa desde hacía doce años, Taimhotep. Su contento por el nacimiento de
un hijo varón era aún mayor debido a la inquietud que lo había precedido; en los