Page 71 - Auge y caída del antiguo Egipto
P. 71

la  creación,  la  iconografía  real  también  dejaba  meridianamente  claro  que
               defender la creación entrañaba imponer la destrucción a los enemigos del rey,

               vinieran del exterior o del interior del reino. Narmer y sus predecesores habían

               accedido al poder por medios violentos, y no dudarían en emplearlos de nuevo
               para  conservar  ese  poder.  La  propaganda  visual  empleada  para  potenciar  la

               monarquía  —el  rey  como  león,  como  escorpión  gigante,  como  feroz  siluro,

               como  toro  salvaje  o  como  «superhéroe»  esgrimiendo  una  maza—  resultaba

               descaradamente brutal: era tanto una promesa como una advertencia.
                  En  este  contexto,  una  de  las  escenas  más  discordantes  de  los  inicios  del

               antiguo Egipto es la banda o decoración que rodea la parte superior de la cabeza

               de  maza  de  Escorpión.  La  representación consiste en una  serie de  estandartes
               reales, cada uno de los cuales simboliza un aspecto distinto de la autoridad del

               rey. Pero no son meros estandartes, sino también horcas; de cada una de ellas

               cuelga un pájaro encrestado con una soga alrededor del cuello. En la escritura

               jeroglífica,  el  avefría  (rejit  en  egipcio  antiguo)  simbolizaba  a  las  personas
               normales y corrientes, en contraposición al pequeño círculo de parientes reales

               (pat) que ostentaban el poder. En la cabeza de maza de Escorpión, las personas

               normales y corrientes aparecen colgadas de las horcas del poder regio. Se trata
               de un mensaje que volverá a repetirse más tarde en la historia egipcia. Así, por

               ejemplo,  la  base  de  una  estatua  del  rey  Necherjet,  constructor  de  la  primera

               pirámide, está decorada con arcos (que representan a extranjeros) y también con
               avefrías, lo que indica que el rey puede pisotear a sus súbditos tanto como a sus

               enemigos. Los egiptólogos se han horrorizado ante el simbolismo subyacente de

               tales  escenas,  pero  lo  cierto  es  que  resulta  inequívoco.  Los  regímenes
               autocráticos  viven  y  mueren  por  la  fuerza,  y  el  antiguo  Egipto  no  era  una

               excepción.

                  El ejemplo más escalofriante de esta tendencia puede verse en las tumbas de

               los primeros gobernantes de Egipto. En Nubt, un enterramiento de élite datado
               alrededor del año 3500 contenía algo más que la esperada colección de objetos

               funerarios: en torno a las paredes de la tumba, los excavadores encontraron una
   66   67   68   69   70   71   72   73   74   75   76