Page 68 - Auge y caída del antiguo Egipto
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conquista teológica del país entero.
El tercer título regio, adoptado al mismo tiempo que la corona doble,
representaba una nueva elaboración y definición del papel del rey. Estaba
formado por dos palabras egipcias, nesu-bity, literalmente «el del junco y la
abeja», aunque la expresión podría traducirse de forma más elegante como
«doble rey». Aunque el origen exacto del término es confuso —en cierto nivel es
posible que el junco simbolizara el Alto Egipto y la abeja, el Bajo Egipto—, su
significado era amplio y sofisticado, ya que abarcaba los numerosos pares de
opuestos sobre los que el rey presidía y a los que solo él podía mantener en
equilibrio: el Alto y el Bajo Egipto, la Tierra Negra y la Tierra Roja, el reino de
los vivos y el de los muertos, etcétera. El título reflejaba asimismo la dicotomía,
más fundamental, que formaba el núcleo de la realeza egipcia: el contraste entre
el oficio sagrado (nesut) y la función secular (bity). El título de nesut-bity
recordaba a los seguidores del rey que, además de jefe del Estado, era también
un dios en la Tierra: una combinación irresistible.
POMPA Y CIRCUNSTANCIA
Los gobernantes de toda clase, pero especialmente los monarcas hereditarios,
siempre han reconocido instintivamente la fuerza cohesiva de la ceremonia y la
exhibición, la capacidad del ritual público de generar respaldo popular. Los
antiguos egipcios eran maestros del ceremonial real, y lo eran ya desde tiempos
muy antiguos. Una cabeza de maza elaboradamente decorada, hallada en Nejen
junto con la paleta de Narmer, muestra a un rey anterior (conocido entre nosotros
como Escorpión) ejecutando una ceremonia de regadío. El rey utiliza un azadón
para abrir un dique, mientras un sirviente, encorvado ante la real presencia,
sostiene una cesta destinada a recibir el terrón. Portadores de abanicos,
portadores de estandartes y mujeres danzantes realzan la importancia del acto.
Este vívido retrato de los albores de la historia nos permite hacernos una idea de