Page 130 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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—y sin detenernos en las terracotas ar
quitectónicas de Tuscania, Roma, Vigna-
nello, Murlo y Poggio Buco, de finales
del siglo vil a.C. y del vi a.C.— debe ci
tarse como ejemplo el famoso Aplu
(Apolo) del templo del Portonaccio,
obra del escultor etrusco Vulca. También
contaron, no obstante, con esculturas de
Templo «A» de Pyrgi. (Según G. Colonna.) piedra y con ornamentos metálicos.
A pesar de lo dicho por Vitrubio —y
como pusieron de relieve L. Banti
y A. Boéthius—, el templo etrusco obedeció a un polimorfismo tanto en planime
tría como en altimetría, y no a un prototipo único (el templo Capitolino de Roma)
al cual se habría atenido Vitrubio.
El mobiliario de culto del interior lo constituían diferentes altares, numerosos
utensilios metálicos para los sacrificios cruentos e incruentos (cuchillos, hachas, síta
las, candelabros, braseros, páteras, asadores, trébedes y vasos de diferentes usos) y
otros variados enseres de madera. A todo ello deben añadirse estatuas de terracota,
exvotos de bronce o de cerámica —que luego eran depositados en favissae o fosas—
que figuraban a dioses y a devotos.
Tipología templar
Se ha efectuado una clasificación tipológica de los templos etrusco-itálicos, ba
sándose sobre todo en la decoración arquitectónica que presentaban y que estuvo li
gada, obviamente, a las modas de las diferentes etapas históricas.
Se puede hablar, en primer lugar, de una fase preparatoria con templos tipo
mégaron, de una sola celia, con dos columnas frontales, según se sabe por pequeños
modelos templares en terracota (naiskos, heroon) y algunos ejemplos arqueológica
mente comprobados —templos de Poggio Casetta (Bolsena) y de Veyes.
A la misma le siguió una primera fase, de inspiración jónica (siglos vil-vi a.C.), carac
terizada por templos con frontón abierto (esto es, sin decoración) y visibilidad de las vi
gas de sustentación, recubiertos con lastras que formaban una línea ornamental continua.
A tal fase le siguió una segunda, arcaica (siglos vi-v a.C.) en la que las lastras de
cobertura del tejado formaban una decoración continua con desarrollo de la corni
sa, además de contar con antefijas, acróteras y grupos esculturados coronando las cu
biertas, pero no los tímpanos.
Una última fase, de influencia helenística (siglo rv a.C.), cierra la tipología tem
plar etrusca, con un esquema decorativo idéntico a la fase anterior, si bien con la no
vedad de un frontón triangular o tímpano totalmente ciego, pero realzado todo él
con escenas figuradas en terracota, el medio plástico más utilizado en escultura.
Templos panetruscos
Notabilísima importancia hubieron de tener los santuarios considerados como
«federales». Tito Livio (IV, 23,25, 61; V, 17; VI, 2) ha transmitido la existencia de uno
de ellos, en donde se reunían los doce pueblos de Etruria. Ubicado en el territorio de
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