Page 150 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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referencias literarias y epigráficas, la clase servil, al parecer, fue particularmente nume
rosa, participando en sus respectivas y obligadas ocupaciones, caso de los servidores
que se hallan singularizados con sus nombres en las pinturas de la Tomba Gohni / de
Volsinii, o interviniendo en más de una ocasión contra los principes, reclamando de
rechos civiles.
Los términos lautni, etera, lautneteri y lethe designaban a los componentes de estas
últimas clases. Lautni y lautnitha (su femenino), derivadas de lautn («familia»), se apli
carían quizá a personas serviles —hombres y mujeres— que habrían sido manumiti
das, pasando así a ser, aunque muy tardíamente, liberti, según demuestra una inscrip
ción bilingüe (CIE, 3692) fechable en el año 90 a.C. Por su parte, etera es un vocablo
todavía hoy impreciso, con el que, según unos, se designaría sin más al esclavo
(servus), y, según otros, al cliente, pero seleccionado, titular de determinados privile
gios defendidos, quizá, por magistrados específicos. No faltan quienes argumentan
(K. Olzscha, H. Rix, A. Maggiani) que etera significó «joven». Finalmente, con el tér
mino compuesto lautneteri tal vez se aludiese al cliente o a un estadio social interme
dio entre lautni y etera, y con el de lethe se designase, sin más, a los esclavos.
A los romanos —que poco a poco habían ido conquistando el país etrusco— les
chocaba el que los lautni pudieran tener propiedades, entre ellas, casa y tierras delimi
tadas por mojones, contrajeran matrimonio y aun dominasen a otros libertos y escla
vos; también les admiraba que los etera estuvieran tutelados en sus ciudades por un
magistrado especial. Por su parte —y
esto lo ha confirmado la Arqueología—,
los lautneteri llegaron a recibir sepultura
en las propias tumbas familiares de las
clases ricas, al lado de los sarcófagos de
los hijos de dichas familias.
Junto a estas personas de condición
servil (según terminología griega: oikétai,
«domésticos», therápontes, «servidores»),
incardinadas en la esfera social privada,
también existió otra masa esclava de ca
rácter público, dependiente de los magis
trados, que algunas fuentes griegas (Dio
nisio de Halicarnaso, IX, 5) denominan
penéstai, «pobres». Estas personas —a las
que J. Heurgon etiqueta como «clase de
los servidores»— serían empleadas bási
camente en el ejército.
De hecho, todas ellas trabajarían en
diferentes ocupaciones según las necesi
dades de sus propietarios privados o pú
blicos. Así, además de hacerlo en am
bientes domésticos, trabajarían —como
se ha dicho— también en el campo, en
las minas, en los talleres artesanales y en
otros menesteres. Caso, por ejemplo, de
Vel Saties y su servidor Arntha. Tomba Frangois, esclavos Metru y Pheziu, que como
Vulci. pintores de vasos cerámicos trabajaron
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