Page 151 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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en una de las principales «oficinas» del Cerámico de Atenas, firmando incluso con su
        nombre etrusco vasos destinados a ser exportados a la propia Etruria.
           Por otra parte, las pinturas de las tumbas los presentan rindiendo servicios meno­
        res, en calidad de luchadores, pugilistas, corredores, músicos, danzantes y bailarines.
           Esta estructura social, primero tan rígida y que  evolucionó hacia alianzas  entre
        miembros de distintas ciudades (como el caso de los Spurinna de Tarquinia con los
        Cilnii de Arezzo), provocó en no pocos casos la existencia de un mercenariado, úni­
        ca vía de escape de los etruscos más desprotegidos, y numerosos conflictos sociales,
        sobre todo suscitados por esclavos (lautni o serví),  sofocados violentamente (caso de
        Arezzo, a mitad del siglo iv a.C.). En la revuelta social de Volsinii del 265 a.C., ante
        el cariz de la situación, motivado por la asunción del poder por parte de los esclavos, el
        robo del patrimonio de los señores e incluso el abuso cometido con sus esposas (Flo­
        ro, I, 21; Valerio Máximo, IX,  1; Zonaras, VIII, 7 D), fue precisa incluso la participa­
        ción represiva romana, dirigida por el cónsul M. Fulvio Flaco, quien no dudó en des­
        truir la ciudad.


        Homogeneización política

           Las corrientes oligárquicas y democráticas, difundidas desde Grecia primero y la
        presencia paulatina de Roma en el mundo etrusco después, motivaron la involución
        política y la desestructuración de su sociedad. Se sabe que los servi etruscos cada vez
        adquirieron mayor grado  de libertad personal y de emancipación económica hasta
        alcanzar, en el siglo m a.C., las magistraturas e incluso el tus connubium (derecho de
        matrimonio) con mujeres de la nobleza.  Se asistía así a una gran homogeneización
        político-económica y a  una nueva  rees­
        tructuración social,  muy evidente ya en
        el  siglo  π  a.C.,  cuyas pautas las marcaba
        Roma. Sin embargo, no pocas familias oli­
        gárquicas etruscas (los Carrinates,  Senios,
        Perpemas,  Vibios,  Volcacios,  Numisios,
        Aburies, etc.) lograron incorporarse a los
        destinos  romanos.  Asimismo,  muchas
        personas latinizaron sus nombres en un
        claro  proceso  de  romanización,  como
        evidencian  algunas  inscripciones  bilin­
        gües:  Cae Trepu se hizo llamar Caius Tre­
        boni  (TLE,  462)  y  Vel Zicu  adoptó  el
        nombre de Quintus Scribonius (TLE, 472).
        Como  ha señalado  M.  Torelli,  la aristo­
        cracia etrusca se decantó por jugar la car­
        ta  romana.  De  hecho,  no  pudo  hacer
        otra cosa.
           Caso  inverso  es  el  de  otra  inscrip­
        ción, también bilingüe, de Perugia (TLE,
        605), en la que un latino se etrusquiza al
        cambiar  SU  onomástico  Publius  Volum-   Escenas de la vida civil y militar. Sítula de la Cer-
        nius por el originario Puplie Velimna.  Tal   tosa. (Museo Cívico Arqueológico, Bolonia.)


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