Page 153 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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C a p ítu lo VII
La vida militar
También la Arqueología —en concreto, varios tipos de armas ofensivas y defen
sivas, restos de carros, diferentes estelas, sítalas, esculturas, tumbas con decoración de
temática militar, lastras y relieves y un sinfín de pinturas sobre cerámica—, así como
algunas referencias en textos históricos y literarios clásicos, han permitido conocer de
modo muy general algunos aspectos sobre la caballería, la infantería y la marina
etruscas, en suma, sobre la vida militar.
Como contrapartida, y sin entrar en detalles, muy poco se sabe de las armas que
capturaron los etruscos a sus enemigos en sus batallas, pues tuvieron la costumbre de
amontonarlas y quemarlas, dedicándoselas a distintas divinidades, según sabemos
por Tito Livio (I, 37).
El e j é r c it o
La actividad militar —Diodoro de Sicilia (V, 40) aludió a la andreía o coraje vi
ril de los etruscos en la guerra— sufrió sucesivas modificaciones en su organiza
ción para adaptarse siempre al transcurso de los tiempos. En líneas generales, de
bemos suponer que durante muchos siglos el ejército etrusco —en realidad, el
ejército de cada una de sus ciudades y, en algún que otro caso, el constituido por de
terminados grupos gentilicios (como el de la familia Haspnas de Vetulonia, de la que
nos ha llegado un centenar de cascos idénticos, de comienzos del siglo vi a.C., mu
chos con el nombre de dicha familia)— fue invencible, dado el superior arma
mento de que dispuso respecto al resto de los pueblos itálicos, y que conocemos
al haber sido depositado parte de él en muchas tumbas y también figurado artísti
camente.
Sin embargo, son muchos los interrogantes que se plantean a la hora de exami
nar el ejército etrusco. J.-R. Jannot se ha preguntado si Etruria habría conocido o no
los duelos de guerreros o héroes arcaicos; si los hoplitas etruscos, cuya imagen desde
el siglo vil a.C. es idéntica a la de los hoplitas griegos, combatieron o no en forma
ción de falange; si aquella formación —caso de haberla conocido— supuso la exis
tencia de un cuerpo cívico de iguales; a partir de cuándo los etruscos se sirvieron de
mercenarios, y, finalmente, si el ejército fue sostenido por cada una de las ciudades y
si, además de ellas, otros entes sociales y políticos —inferiores o superiores a la ciu
dad— fueron capaces de organizar unidades militares.
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