Page 207 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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aludió al tamaño y peso de algunos de ellos, citando que uno solo bastaba para ali
mentar a mil esclavos. Evidentemente, la noticia acerca del queso de Luni debe ads
cribirse sólo a época romana, pero quizá tradujera claros antecedentes en torno a tal
alimento.
La comida de los ricos era servida por esclavos sobre las mesas, junto a las cuales
y en lechos al efecto (klinaí) los comensales semiacostados gustaban de la misma,
bien en compañía de mujeres (lo más frecuente), bien en compañía de amigos, al
modo griego. Por entre las mesas, perros, gatos y también gansos se disputaban las
sobras que se habían arrojado al suelo.
La comida de la gente humilde, por el contrario, se reducía a unas gachas her
vidas, a base de cereales, sobre todo de espelta, denominadas clusinae pultes (Mar
cial, Epigram., XIII, 8), y a algunos platos de vegetales y pescado. Plinio el Viejo
(Nat. Hist., XVIII, 66) recuerda que el farro de Chiusi fue el alimento típico del pue
blo romano.
La bebida
También algunos escritores romanos aluden a la bebida, reseñando diferentes ti
pos de vinos de variado cuerpo y calidad, tanto foráneos (de Corinto, Quíos, Samos
y Clazomene) como autóctonos (de Luni, Gravisca, Fiésole, Arezzo, Todi, Veyes), y
destacando además el gusto que tuvieron por los moscateles, bebida que era con la
que se emborrachaban (vino apianum). Asimismo, gustaron de la hidromiel, costum
bre tomada de los sympósia griegos. Además del vino, del agua y de la leche, ignora
mos qué otras bebidas consumirían, pues, aunque se haya especulado con algunas
obtenidas con grano fermentado, no existen pruebas sobre su posible consumo.
Por supuesto, la bebida era servida en ricas y exóticas vajillas de plata y en finas
cerámicas, algunas imitando el plateado (J. D. Bealey). Muchas copas y tazas llegaron
a estar marcadas con el nombre de sus propietarios, caso de la vajilla de la Tomba
Regolini- Galassi.
Utillaje culinario
Las pinturas y relieves —por ejemplo, los existentes en la Tomba dei Relievi de
Caere— y la información arqueológica han permitido hacerse una cumplida idea
de los variados utensilios usados en las cocinas para preparar los alimentos: calde
ros, pucheros, ollas, escudillas, platos, cucharas, cazos, infundibula o coladores, asa
dores —a modo de los obeloí griegos—, parrillas, cuchillos, trébedes y atizadores
para el fuego.
Además de estos utensilios, también sabemos que se sirvieron de morteros de
piedra, madera o terracota para amasar el pan —que no hubo de ser de mucha ca
lidad— o machacar determinados alimentos. Dispusieron, asimismo, de un amplí
simo repertorio de vasos, tanto de tipología griega como propia, cuyos nombres
etruscos y griegos han sido estudiados por G. Colonna, L. Biondi y G. Bagnasco
Gianni.
Entre estos últimos vasos hay que aludir a los thapna (copa para beber), citlich-
na (copa con asas), naplan (odres), qutum (vaso de uso militar y marinero), pruchum
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