Page 217 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
P. 217
^ Ί -J
■ Ό
4 *
0 0 -7
X s)
Números sobre un dado de marfil. Tuscania. (Biblioteca Nacional, París.)
Eljuego de fichas y de tabas
Asimismo, jugaron con fichas o piedrecitas a otra serie de juegos que se nos esca
pan, pero por las representaciones llegadas se ha pensado que podría tratarse del jue
go de «las cinco piedras» e incluso del de las «damas». En un recuadro relivario de
una estela de Fiésole, del siglo vi a.C. (hoy en Florencia), se ve a dos jugadores sen
tados frente a una pequeña mesa en la que se apoya la tablilla del juego, uno de los
cuales inicia el movimiento de la partida con su mano derecha. Idéntica situación
aparece en una copa de bucchero a cilindretto, de Chiusi (hoy en Munich), y en un án
fora de bucchero, asimismo chiusina (conservada ésta en Florencia), en la que se figu
ra a dos jugadores, sentados ante una mesita, «moviendo» sus fichas.
También pequeños huesos de ovejas y cabras (en concreto, los astrágalos), ela
borados incluso en bronce, testimonian el juego de las populares tabas, siendo po
siblemente las posiciones de las caras de tales huesos las que determinarían la vic
toria. De todos modos, tampoco puede aducirse nada en la mecánica de este jue
go, si bien se sabe que utilizaban cuatro de aquellos huesos o múltiplos de cuatro
en sus jugadas, de acuerdo con los ejemplares hallados en algunas tumbas de Vol
terra.
El «kóttabos»
Otro de los juegos, que venía a ser una variante profana de la libación, según
B. dAgostino, y que se solía practicar durante los banquetes, fue el del kóttabos
—también conocido en Sicilia y en Grecia, en opinión, respectivamente, de S. Mazza-
rino y B. Sparkes—, que consistía en volcar un pequeño disco o platillo puesto en equi
librio sobre un asta metálica o candelabro de unos dos metros de altura (liknon), lanzan
223