Page 226 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Música y danza. Tomba dei Leopardi. Tarquinia.
flauta y trompeta. El escritor hispanolatino Higinio, del siglo i, nos revela en su atri
buida Astronomía (II, 17) que el propio Tirreno, extasiado por la música báquica, ha
bía caído al mar, en donde milagrosamente se convirtió en delfín.
Según otro relato, transmitido por el retórico prenestino Claudio Eliano (170-235)
en su Historia de los animales (XII, 46), escrita en griego, se sabe que en las cacerías
etruscas los jabalíes y los ciervos eran atraídos a las redes al son de la doble flauta
(diaulós), flauta señalada por Ateneo (IV, 156a) como el instrumento musical nacio
nal etrusco, que habrían copiado de Lidia.
También conocieron la flauta sencilla, de una sola caña cilindrica (aulós en grie
go, tibia en latín), e incluso la flauta travesera, ésta representada en el hipogeo de los
Volumni en Perugia. Las fabricaron con diversos materiales, entre ellos, la madera, el
hueso y el marfil, acogiéndose a dos tipologías: aulós de tubos largos y estrechos —el del
lado izquierdo de mayor longitud— y de formas cilindricas, que obedecía a prototi
pos helénicos (caso de los ejemplares hallados en el pecio de la isla del Giglio), y
aulós de formas cónicas y más reducidas, de tipo no helénico. Los sonidos agudos
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