Page 278 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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rey garantía del peso y funcionalidad económica a las piezas. En Marzabotto, por po­
        ner un ejemplo,  entre otros muchos que podrían aducirse, se han hallado matrices
        que sirvieron para emitir «panes de bronce» con el motivo de la rama seca, lo que de­
        muestra la pujanza de tal enclave, capaz de batir aquel tipo de unidad protomonetal.
            La particularidad de aquellos «panes» o lingotes consistía en que la contraseña o
        motivo de la rama seca permitía el que fueran contados o evaluados de acuerdo con
        el número de «ramas» presentes en una o en ambas de sus caras. La circulación de las
        piezas finalizó una vez que se adoptó un sistema estándar aplicado a sus diversas frac­
        ciones ponderales.
            Existen, obvio es decirlo, muchas lagunas en el conocimiento de la numismática
        etrusca.  Las bases para su estudio,  dejando a un lado las aportaciones pioneras de
        E.  Babelon, A. Sambon, H. J. Haeberlin, A. Sydenhan y S. L. Cesano, se establecie­
        ron  a partir del  Congreso Internacional sobre moneda etrusca,  celebrado  en Nápoles
        en  1975 y cuyos trabajos se publicarían al año siguiente en Roma en el Supplemento
        del volumen 22 de los Annali deü’Istituto Italiano di Numismática. Falta, que sepamos,
        por redactar un Corpus de las monedas etruscas, instrumento a todas luces imprescin­
        dible para el estudio de las primeras monedas de Italia.



        Las  pr im e r a s  c e c a s  e t r u sc a s
           Se sabe que aparecieron en Etruria, hacia la mitad del siglo V a.C., las primeras
        monedas de oro, plata y bronce acuñadas o fundidas en diferentes cecas de Volterra,
        Populonia, Vulci y Vetulonia.  Se trataba,  al principio,  de sencillos  discos  metálicos
        adornados en sus dos caras —o sólo en una— con diferentes motivos.
           En torno a un peso de 5,8 g —pie microasiático— se basó la más antigua acuña­
        ción monetal  etrusca en plata,  que luego  derivó hacia  sistemas  ponderales propia­
        mente locales,  a veces de compleja metrología (caso de Populonia),  arbitrados para
        las emisiones en otros metales. Luego, en contacto con Roma, los etruscos idearon
        un parámetro coherente que les posibilitó pasar de un sistema de pesos a otro, ade­
        más de acuñar bronces con escala duodecimal, similar al modelo romano.
           Al final de la Segunda Guerra Púnica (201  a.C.), la «atormentada y nunca en
        verdad  floreciente»  experiencia  monetal  de  Etruria,  en  opinión  de  A.  Maggiani,
        hubo de llegar a su fin, dado que el sistema monetario de cambio fue únicamente
        el romano.



        Monedas de Populonia

           En Populonia, sus emisiones  de plata —tras unos ensayos aislados y de reducida
        circulación— estuvieron decoradas, en un primer momento, con cabezas de Gorgona
        —el tipo más popular·— en el anverso, permaneciendo totalmente liso el reverso. No
        faltaron tampoco las acuñadas con variados motivos iconográficos, entre ellos, ruedas,
        cabezas juveniles o cabezas de Hermes, manteniendo liso el reverso. Dichas monedas,
        también de plata, conocieron diferentes series y valores con pesos entre 1 y 8 g.
           Aun cuando no hay datos cuantitativos y sí muchos problemas de tipo metroló-
        gico, ponderal y cronológico, se conocen otras emisiones, también acuñadas en Po­
        pulonia, y en plata, en el siglo iv a.C., con temas muy variados en cuanto a series y


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