Page 290 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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     agresor, que según el mito sería Belerofonte, hijo de Glauco, rey del Epiro, mito di
        fundido en Etruria en el período orientalizante y muy pronto incorporado al reper
        torio decorativo etrusco, según O. Terrosi Zanco. Se ignora si tal oponente, que iría
        montado sobre su caballo Pegaso, llegó o no  a fundirse y a formar un todo con la
        Quimera. Sobre su pata derecha se halla la inscripción etrusca tinscuil (TLE, 663), esto
        es, «don para Tinia», lo que testimonia su carácter de obra votiva.
        c)  El Marte de Todi
           La estatua de Marte (1,42 m de altura), hallada en 1835 en Monte Santo, junto a
        Todi (Umbría) y hoy en el Museo Gregoriano Etrusco del Vaticano, fundida en seis
        piezas de bronce,- es una obra etrusca ya tardía, de principios del siglo IV a.C., pero
        con claras influencias áticas, a la manera fidíaca. Representa, mejor que a la divinidad
        de tal nombre —sería en ese supuesto una «divinidad oferente»—, a un joven solda
        do pensativo,  dispuesto  en  estudiado  equilibrio,  con  el  cuerpo  descansando  en la
                                             pierna derecha, postura típica de una es
                                             tatua  honorífica.  El  guerrero,  que  viste
                                             una coraza de lambrequines, tenía sobre
                                             la cabeza un yelmo,  hoy perdido.  Tam
                                             bién le  falta la lanza que  empuñaba en
                                             su mano izquierda. Con la derecha hace
                                             el gesto típico de la libación.  Se conoce
                                             el nombre  de  su dedicante,  un tal Ahal
                                             Trutitis  —un  jefe  celta,  en  opinión  de
                                             F.-H.  Massa-Pairault,  o  umbro,  para
                                             G.  Camporeale—,  según  reza  la  inscrip
                                             ción que se halla sobre la coraza. Al pare
                                             cer se fundió en algún taller de Orvieto.
                                             d)  L’Aningatore
                                                Otra  de  las  grandes  piezas  maestras,
                                             notabilísima por su gran naturalismo,  es
                                             la estatua  del  Orador (1,80  m  de  altura).
                                             Fechada  a  finales  del  siglo  π  a.C.  o  co
                                             mienzos del i a.C. y descubierta en 1566,
                                             en un santuario de Pila, cerca de Perugia,
                                             y hoy en el Museo Arqueológico de Flo
                                             rencia, representa a Auks Metetís, según in
                                             dica la inscripción etrusca incisa en el bor
                                             de inferior de la toga (TLE, 651). Tal per
                                             sonaje,  de  rostro  maduro,  vestido  con
                                             toga exigua praetexta y con túnica con un
                                             angustus clavus, y calzado totalmente a la
                                             romana (cakeuspatricius), no está figurado
         L ’Arringatore, Aulo Metelo. (Museo Arqueológi
                                             en el acto de saludar o dirigir la palabra a
                    co, Florencia.)
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