Page 332 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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La tapa se halla bellamente decorada con una escena incisa con cazadores míti­
        cos que persiguen a dos jabalíes y a un ciervo. Su asa está resuelta mediante tres figu­
        rillas erectas (Dioniso y dos sátiros) que se entrelazan con sus brazos.
           Los estudios efectuados (importante el de T. Dohm, entre otros) sitúan la realiza­
        ción de la Cista Ficorini entre mediados y final del siglo rv a.C. Otros estudiosos la si­
        túan a mitad del siglo ni a.C.



        b)  Otras cistas
           Todavía se podrían recoger otras cistas de indudable interés e importancia. Pero
        baste con señalar dos más. Una, del British Museum (36 cm de altura), cuya tapade­
        ra la corona un joven Sátiro y una Ménade, casi desnudos, tendiéndose uno de sus
        brazos. Su friso decorativo se centra en un episodio de la leyenda de Aquiles. La otra
        (cista Chtysippos), de 63 cm de altura, hallada en Palestrina y conservada en el Museo
        de Villa Giulia, resuelve la empuñadura de su tapadera mediante dos amazonas lle­
        vando  el  cuerpo  de  una compañera.  Por su parte,  el friso  del  cuerpo reproduce  el
        mito de Edipo y el jucio de Paris.
           A partir del siglo m a.C. aparecieron las cistas rectangulares, de mediocre calidad.
        Técnicamente, eran de mucho más fácil manufactura, así como más sencillas de de­
        corar, puesto que su armazón plana posibilitaba adecuar el tema al rectángulo de sus
        cuatro caras. Tuvieron pies  de sostén y tapadera con asa, los elementos, quizá, más
        destacables en este tipo de cistas.


        Las sítulas

           Otros interesantes objetos broncíneos,  cronológicamente anteriores, fueron las
        sítulas, cuyo desarrollo tuvo lugar primero en dos amplias zonas de Europa, en tor­
                                             no a Eslovenia y al Tirol, y luego  en el
                                             norte de Italia, alrededor de Bolonia, se­
                                             gún O. H. Frey.
                                                La  sítula  constituye  un  producto  tí­
                                             pico hallstáttico que, desplazado a Italia,
                                             desde  los  Alpes,  debido  a  la  atracción
                                             ejercida  por  los  centros  urbanos  etrus­
                                             cos, alcanzaría su demanda en las épocas
                                             orientalizante  y  arcaica.  En  contra  de
                                             esta hipótesis se hallan E. Brizio y otros
                                             especialistas, que piensan que las sítulas
                                             fueron  ingenio  de  una población  local,
                                             en concreto, umbra.
                                                En  cuanto  a su  significado  o  finali­
                                             dad,  M.  Hoernes,  en  un  antiguo  estu­
                                             dio,  aparecido  en  1894,  pensó  que  se
                                             trataría  de  vasos  que  servirían  para  ser
                                             entregados  como  premio  en  competi­
                                             ciones.  G.  Kossack  les  dio  un  carácter

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