Page 333 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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funerario,  mientras  que  O.  H.  Frey  apunta un  interés  utilitario,  si  bien  dentro  de
         connotaciones simbólicas, que pueden verse en la magnífica decoración con que fue­
         ron adornados tales recipientes. Sus escenas ornamentales pueden agruparse en tres
         grandes temas, conectados sobre todo con el mundo masculino: a) cortejos o proce­
         siones festivas  (pompa),  asociados  a veces  con competiciones  ecuestres y ágapes;
         b) juegos, sobre todo combates de boxeo, carreras de carros y de caballos y concur­
         sos musicales, y c) banquetes (epulum) de mayor o menor complejidad ambiental.
            Los  especialistas (Μ. V.  Giuliani Pomes,  entre  otros) han dividido las  sítulas en
         seis tipos, atendiendo a sus formas (troncocónicas —con diferentes variantes—; bi­
         córneas; stamnoides; tipo kdlathos; cilindricas; y «en campana»). De ellas, las más sig­
         nificativas, y a las que ya se aludió en páginas anteriores, fueron la sítula Benvenutti,
         la de la Certosa, la de Arnoaldi y la de Providence.  Por supuesto, todas ellas decoradas
         con los temas antes apuntados.


         Urnas y  vasos metálicos

            La industria de urnas cinerarias metálicas estuvo muy ligada a la práctica funera­
         ria de la incineración. Fueron el culmen y la adaptación de las fabricadas en cerámi­
         ca en tiempos villanovianos. Su tipo más común fue la urna bicónica, sobre todo en
         Etruria meridional, que se elaboró con tres láminas de bronce: dos unidas por el cen­
         tro  de la urna con clavos  de cabeza cónica y una tercera que formaba el pie.  En el
         punto de unión de los dos troncos de cono se fijaban las asas o, en su caso, dos apén­
         dices. En el Lacio y en el país falisco apareció la urna de cabaña de estructura rectan­
         gular, clara adaptación también de los modelos cerámicos locales anteriores, de plan­
         tas circulares y elipsoidales.
            Una de las Urnas más divulgadas ha sido la que se halló en la necrópolis de la
         Osteria, de Vulci, y hoy conservada en el Museo de Villa Giulia. La misma (28,50 cm
         de alto, 40,50 cm de largo y 35,70 cm de ancho), fabricada en bronce laminado y fun­
         dido, reproduce sin duda una vivienda regia de planta oval,  de tiempos villanovia­
         nos. De su techumbre penden cadenas y pequeños anillos. Su coronamiento está re­
         suelto a base de elementos acroteriales ornitoformes, estilizados, según la descripción
         de L. Ricciardi. A su claro carácter funerario se une el aspecto simbólico de la impor­
         tante función social que hubo de desempeñar su anónimo propietario.
            De innegable interés son, por otra parte, las urnas broncíneas en las que apa­
         recen figurillas formando escenas y cuyo ejemplo más conocido, fechado en el si­
         glo viii a.C., lo constituye un stámnos metálico (32,50 cm de altura total) —citado
         varias veces— que sirvió  como urna cineraria en la necrópolis  de  Olmo Bello en
         Bisenzio.  Sobre su tapadera, como se indicó, se hallan ocho figurillas itifálicas (de
         una resta sólo su base) que efectúan un doble recorrido alrededor de un monstruo­
         so y fantástico  cuadrúpedo  de  extremidades palmípedas  (¿un perro  o un  oso,  en
         función de tótem?, ¿la figuración de la Muerte?), sentado y encadenado por el cue­
         llo y situado en el centro.  Sobre los «hombros»  de la urna se ven cinco guerreros
         desnudos, también itifálicos, tocados con un birrete plano (polos),  armados de lan­
         zas, hondas, mazas, y protegidos con escudos, que realizan lo que parece una dan­
         za guerrera, y otros tres hombres con la cabeza descubierta y con las manos aparen­
         temente ligadas. Además, existen otras dos escenas: un hombre con lanza y maza
         y otro que conduce un buey al posible lugar de su sacrificio (para algunos, un cam­

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