Page 447 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Los adjetivos  que incluyen la expresión de una idea colectiva se distinguen por
        los sufijos -cua, -chva, -ua, -va, -ia, -ie. Ejemplos: avil= «año», avilchva = «eterno». No
        se han podido aislar formas que puedan con seguridad indicar comparativos o super­
        lativos.
           Respecto a los adjetivos numerales se sabe que los etruscos manejaron un sistema
        decimal, mientras que las cifras las dibujaron con formas parecidas a las grafías alfa­
        béticas. Los seis primeros numerales cardinales que conocemos son los escritos con
        palabras en dos  dados  de marfil,  descubiertos en Tuscania y hoy conservados en la
        Biblioteca Nacional de París. De acuerdo con ellos, y tras diferentes estudios (desde
        los antiquísimos de A. Torp, J. Taylor y K. Pauli, hasta los más modernos de D. Cam-
        panari, A. Neppi Modona, A. J. Pfiffig, R. Staccioli y M. Pallottino), la serie numéri­
        ca del  1  al 6 ha quedado establecida definitivamente como: thu = 1, zal = 2, a = 3,
        sa = 4, mach =  5, huth =  6. Otros números han sido conocidos gracias a otras inscrip­
        ciones:  semph = 7, cezp =  8, nurph = 9,  sar —  10.  Para decir 20 se empleó la palabra
        zathrum.
           Del  1  al 6, según M. Pallottino, de quien se toman los ejemplos, se contaba por
        adición (huthis zathrumis = «en el [día]  6 y 20» >  «en el día 26»). Y del 7 al 9 por sus­
        tracción y con la inclusión del sufijo -em (esl-em-zathrumis = «en el [día] 2 menos 20»
        >  «en el día 18»). Para el número 2, además de la forma zal y sus variantes (zel-yzl),
        se contaba con las formas esl y esal.  Este sistema tan sólo se encuentra —que sepa­
        mos— en el etrusco y el latín, debiéndose pensar que los romanos lo adoptarían de
        los etruscos y no al revés.
           Las  decenas  se  formaban  con  la  adición  a  las  unidades  del  sufijo  -ale  o  -alch
        (ci =  3,  cialch = 30,  'sealch = 40, muvalch = 50).  Quizá con los vocablos semphalch,
        cezpalchy nurphakh se designaron los números 70, 80 y 90. El número  100 tal vez se­
        ría snuiaph, si bien G. Giannecchini ha propuesto recientemente que correspondería
        a la cifra 12. La palabra para el número 1.000 no se ha detectado. Los numerales tam­
        bién admitían declinación.
           Los numerales ordinales se formaban, al parecer, añadiendo al genitivo del nu­

        meral  correspondiente  el sufijo  -sna (thu =   1:  thusna =  «primero»; zathrums —20:
        zathrumsna =  «vigésimo»). Se conocen multiplicativos en -ar o -ur (ciar = «triple»; ze-
        lar y zelur — «duplo»; sar =  «cuádruple»).
           Debe indicarse que unos pocos sustantivos derivaron a partir de numerales, así

        zelarvena —«duunviro» y saruvena = «quattuorviro».



        Las cifras

           Para  anotar las  cifras, los  etruscos  emplearon distintos  símbolos,  según  sabe­
        mos por un peso de Bieda, por algunas inscripciones, por un ábaco y por las mo­
        nedas.
           Así, anotaron I =  1;  λ  =  5, X =  10; T (Ί) =  50,  * =  100, Δ =  500, 0  =  1.000,
        Φ =   10.000.  En las  monedas también aparece el signo  C  que equivalía a  1/2. La
        Tabula  Cortonensis  ha  facilitado  un  nuevo  signo  (E)  que  podría  ser,  para  algunos
        etruscólogos,  una  nueva  cifra  del  sistema  numérico  etrusco  o  quizá  una  unidad
        monetaria o de peso.  Sin embargo, tal signo (una E retrógrada) denota un sonido
        vocálico sin más.

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