Page 45 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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              Fragmento de las Acta Capitolina Triumphalia, que recuerdan a algunos monarcas etruscos.
                                    (Tomado de Degrassi.)



         Servio Tulio

            La viuda de Tarquinio  Prisco, Tanaquil, que  se había significado políticamente
         junto a su esposo, elevó al trono a Servio Tulio (578-535 a.C.), un personaje para al­
         gunos originario de Vulci —por lo tanto, etrusco—, y que había sido colaborador de
         Tarquinio. Presentado por la tradición como hijo de Spurio Tulio, un dirigente lati­
         no de Corniculum, y de Ocresia, que había sido hecha esclava y entregada al servi­
         cio de Tanaquil (de ahí su praenomen Servio por nacer de esclava y su nomen Tulio,
        por el de su padre), su actuación iba a ser fundamental en el desarrollo histórico de
         Roma.
            La tradición le consideró un segundo fundador de la ciudad y le asignó una serie
         de reformas, entre ellas, la división de la ciudad y del ager romanus, al parecer con vis­
        tas a los impuestos, en varias tribus: cuatro urbanas (Sucusana, Palatina, Esquilina y
         Collina), quedando así parcelada la ciudad en cuatro partes (verdadera Roma quadra­
         ta) y deciséis rústicas, tribus estas llamadas con nombres tanto toponímicos como de
        gentes: Galería, Cornelia, Aemilia, Claudia, Lemonia, Fabia.
            Asimismo, publicó una Constitución (Constitutio serviana) en la cual dividía a la
         población de las tribus en cinco classes (aspecto económico) y 193 centurias (aspecto
        militar) (Tito Livio, I, 42). Esta división, de corte timocrático y determinante de las
        funciones  militares y políticas  de  la población  libre,  tuvo  su reflejo  en las  nuevas
         asambleas —los comitia centuriata—,  en las cuales siempre llegaban a alzarse con el
        triunfo en las votaciones los componentes de las clases más ricas. Con tal Constitu­
        ción las antiguas gentes habían dejado de ser el fundamento del Estado; ahora lo se­
        rían los cives o ciudadanos, divididos en tres compartimentos sociales: la classis, la
        infra classem y los proletarii.
            Servio Tulio ensanchó Roma con el Quirinal y el Viminal y la protegió con fosos
        y un potente muro (muro serviano), cuyos restos, llegados a nuestros días, sólo en al­
        gunos puntos pueden ser de aquella época. Edificó, asimismo, sobre el Aventino, un
        templo a Diana,  en donde centró el culto federal de la Liga latina, y reorganizó
        el Foro Boario y los numerosos cultos relacionados con tal enclave económico. A él
        también se le atribuye la iniciativa de la construcción de los templos de Fortuna y de


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