Page 469 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
P. 469

f)  Otras laminas de Pyrgi

           Junto a estas láminas de oro, que han generado abundante literatura (M. Pallot-
        tino, J.  Heurgon,  K.  Olzscha,  O.  Szemerenyi,  G.  Pugliese-Carratelli,  W.  Fischer,
        G. Devoto, J. Ferron, M. Cristofani), aparecieron también dos fragmentos —y otros
        minúsculos pedazos con letras aisladas— correspondientes a otra lámina de bronce
        de comienzos del siglo v a.C. (TLE, 873), cuya precariedad textual ha impedido acla­
        rar su significado. El nombre de Tina, sin embargo, aparece muy explícito en un par
        de ocasiones, así como el de Uni. También se lee un nombre de persona (éSpuriazes?),
        que quizá fuese el dedicante.
           Gracias a una minuciosa y magistral reconstrucción de M. Pallottino se sabe que
        su temática alude a un texto ritual, con la mención de ceremonias o de dedicatorias
        en honor de la precitada diosa Uni. Quizá su contenido pudo referirse a un prodigio
        relacionado con el famoso castigo que azotó a Caere a causa de la lapidación de los
        prisioneros focenses en la playa de Pyrgi después de la batalla de Alalia.
           Una segunda lámina, también de bronce (TLE,  876), fechable en la primera mi­
        tad del siglo v a.C., fue descubierta frente a la fachada del templo «A». Su contenido
        no es ritual, sino de carácter votivo a una estatua de la diosa Thesan (la Aurora). Son
        reconocibles en ella los nombres de Tina y de Uni. La lámina fue dedicada, con toda
        probabilidad, por una mujer llamada Thanachvilus Catharnaial (Tanaquil Cazarnia).



        g)  Los cipos etruscos de Túnez

           Entre  1907  y  1915  fueron  hallados  tres  cipos  —hubieron  de  existir  algunos
        más— en distintos puntos del valle del wadi Miliane, en Túnez.
           Los mismos delimitaban la distancia que regulaba la fundación de la colonia lla­
        mada Dardania (Dardanivm en los originales), un territorio concedido a colonos de
        origen etrusco, que hubieron de emigrar, en el año 82 a.C., desde Volterra —o desde
        Chiusi,  según J. Heurgon— a tierras africanas, huyendo de las represalias del dicta­
        dor romano Sila.
           Tales cipos (ET, Af. 8.1.8) nos dan a conocer el nombre de Maree Vnata Zutas, el
        responsable de la indicada colonia, que había sido consagrada a Tins (Júpiter).
           Los tres ejemplares presentan una corta inscripción, siempre igual: m[arce] vnata
        zvtas tul[ar] dardanivm tins (más el signo indicativo de 1.000 pasos). Dos de los cipos
        tienen el texto en ambas caras, el tercero tan sólo en una. La letra «d» (de dardanivm),
        no conocida por los etruscos, está transcrita con un signo cruzado y acentuado en lo
        alto con un pequeño arco. Tal característica constituye un hecho gráfico único, según
        señaló F.-H.  Massa-Pairault.  Los cipos se fechan hacia el  80  a.C.,  aunque M.  Sordi
        prefiere la fecha del  103  a.C., momento  aprovechado por los veteranos  de  Mario
        —el rival de Sila— para recibir tierras, como recompensa, en virtud de la lex Saturnia.
           Muy sugerente es la interpretación que les da O. Carrubia, quien no acepta la sigla
        m como elemento de abreviatura onomástica, sino que la conecta con vnata, traducien­
        do el giro munata como «este lugar», al tiempo que conecta dardanivm con el dios Tins.
           La mención de Dardania evoca, sin duda, la estirpe mítica de Dárdano, hijo de
        Zeus, en cuyo seno nacerían Anquises y Eneas, éste tan vinculado a la primitiva his­
        toria romana.


                                                                            475
   464   465   466   467   468   469   470   471   472   473   474