Page 54 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Luchas romano-veyenses
Al propio tiempo, entre el 485 y el 474 a.C., las armas romanas y las etruscas de
Veyes no conocieron el reposo. Fueron los romanos quienes atacaron el territorio ve-
yense, pero no lo pudieron domeñar. La tradición romana elevó a héroes a los jefes
romanos muertos en la batalla del Crémera. Según Tito Livio (II, 45-50), fue el cón
sul Caeso Fabio quien logró que el senado romano le facilitara un grueso ejército
para atacar Veyes. Tras unas primeras derrotas en las que los Fabiosfueron exterminados
en su totalidad (perecieron 306, según el aludido historiador), los romanos, dirigidos
por los cónsules P. Valerio y A. Manlio, acabarían por derrotar a los etruscos y a con
cederles un armisticio de cuarenta años (Tito Livio, II, 54). Roma, sin embargo, no
pudo afirmar su control político sobre Veyes hasta muchísimo después, y a costa de
un duro asedio de diez años de duración (Plutarco, Camilo, 1, 1-4).
La denota etrusca ante Cumas
Respecto a Cumas, el intento de los etruscos por desalojar a los griegos de la cos
ta campana y asegurarse así el comercio con aquella zona les llevó a enfrentarse esta
vez en el mar, pero la flota conjunta de Cumas y de Siracusa, mandada ahora por el
tirano de esta última, Hierón, que antes había atacado a la propia Cartago, infligió a
la etrusca una gran derrota en el 474 a.C. Tal tirano victorioso no dudó en enviar al
gunos cascos militares, del botín requisado a los derrotados etruscos, al templo de
Zeus en Olimpia, marcados con inscripciones votivas, así como trípodes al santuario
de Delfos. Por su parte, algunos poetas griegos, entre ellos Píndaro (Pítica, I, 40), can
taron con gozo la derrota de las naves etruscas. «¡Oh, tú, hijo de Saturno, yo te lo rue
go: ordena a los fenicios y a los toscanos impetuosos que permanezcan en paz en sus
moradas. Que se acuerden del desastre que su flota sufrió ante Cumas y de todos los
males que sufrieron cuando el rey de Siracusa, triunfador, precipitó a los jóvenes
guerreros en las olas del mar.»
Cumas, en agradecimiento a la ayuda prestada por Hierón, le regaló a éste la isla
de Pitecusa (Ischia). Dicho tirano no dudó en ubicar allí una poderosa guarnición
marítima, con la cual pudo controlar los puertos campanos.
La situación de los etruscos campanos, ya separados de Etruria por los latinos y
los volscos, se hizo crítica a partir de entonces. La derrota marítima y el control sira-
cusano de Ischia les privó del poderío sobre el mar meridional, con lo cual, al que
dar cerrados numerosos mercados, se resintieron económicamente todas las ciudades
etruscas, quedando aisladas del tráfico comercial griego.
El p e r ío d o d e c r is is (474-311 a.C.)
Etruria, en general, vivió una larga época de crisis y tensiones durante los últimos
tres cuartos del siglo v a.C., si bien sus ciudades más importantes, encerradas en sus
sistemas oligárquicos, pudieron continuar con su desarrollo histórico, aunque a nive
les de menor prosperidad. El retroceso económico se hizo muy evidente en las viejas
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