Page 60 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Poco después, Caere, que había ayudado a Roma ante el ataque galo, acogiendo
          a las Vestales que portaban los objetos sagrados, y a sus fugitivos, recibiría por parte
          de tal ciudad latina un verdadero trato de hospitalidad, que sería roto al cabo de al­
          gunos años por los propios caeretanos al permitir que tarquinienses y faliscos pasa­
          sen por su territorio para enfrentarse a Roma.
             Hacia el 360 a.C. (o 357 a.C., según Polibio), los galos invadieron otra vez áreas
          etruscas. Por aquel entonces cayó Felsina en manos de los boyos, los cuales le dieron
          el nombre de Bononia. Asimismo, ocuparon Alba Longa y amplias zonas de Apulia.


          Reactivación económica

             Algunas ciudades del interior (Vulci, Veyes, Falerii, Volsinii, Chiusi, Ruselas) pu­
          dieron, sin embargo, hacer frente a la decadencia que se había originado en aquel lar­
          go período de crisis, según puede deducirse de los restos llegados tanto de sus tum­
          bas como de sus enclaves urbanos.
             A mitad del siglo iv a.C., tal vez por una reactivación demográfica y, sobre todo,
          por la influencia de Roma, Etruria se fue recuperando paulatinamente de su recesión.
          Una mayor producción de bienes, el nuevo empuje de las clases urbanas y un nuevo
          impulso dado al comercio marítimo permitieron eludir, por entonces, el fantasma de
          la desaparición como entidad histórica.
             Sería Tarquinia, sin embargo, la que empezaría el resurgir económico, canalizado
          a través de su puerto, Gravisca. Incluso pudo fundar una ciudad nueva, Musarna, cer­
          ca de Tuscania, en donde se situaron miembros de ilustres familias tarquinienses. Vul­
          ci, mucho menos poblada, pudo también dar origen a Sovana, en el valle del Fiora,
          asegurándose así la conexión con los territorios de Volsinii y de Chiusi, aparte de reac­
          tivar sus puertos (Regisvilla, Orbetello, Talamone). Volsinii, por su parte, fue capaz de
          formar una red de pequeños vid en su entorno y también en las fronteras de su terri­
          torio, aquí con oppida de tipo defensivo (Bomarzo, Viterbo y Montefiascone). Caere,
          que había recibido de Roma un trato especial, como consecuencia de la ayuda presta­
          da ante el ataque galo, vio interrumpido momentáneamente su desarrollo económi­
          co, al ser atacada, como vimos antes, por el tirano Dionisio I el Viejo de Siracusa, cuya
          flota devastó el puerto de Pyrgi, haciendo otro tanto con Populonia. Los siracusanos
          incluso llegarían a ocupar, como se dijo, Elba y Córcega de modo permanente.
             También Caere conoció, a mitad del siglo rv a.C., la expulsión de su rex Orgol-
          nio (Orgolnim), motivada por la acción de Aulus Spurinna, hijo del Velthur Spurin­
          na, praetor Etruriae por tres veces. Este hecho, sin precedentes en la historia política
          de las ciudades etruscas, demuestra que el paso de las monarquías a las repúblicas ciu­
          dadanas hubo de ser, a veces, doloroso. En el 351  a.C., Roma castigó a Caere al pri­
          varla de los derechos que le había otorgado tiempo atrás.



          La guerra romano-tarquiniensey otros hechos


             Entre el 358 y el 351  a.C., por otra parte, se generalizó el enfrentamiento entre
          Roma y diferentes ciudades etruscas, aliadas de Falerii (Estado falisco) y de Tarquinia,
          enclave  que  deseaba  expulsar  a  Roma  del  territorio  veyense.  Las  luchas  fueron,


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