Page 64 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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La masa de la población etrusca o se incorporó a los cuadros administrativos ro
manos, como ocurrió en el caso de la nobleza, o hubo de buscarse la vida como mer
cenarios o como trabajadores.
La r o m a n iz a c ió n y e l « fin is E tr u r ia e » (265-54 a.C.)
Con la conquista de Volsinii y la transferencia de sus habitantes en el 264 a.C.
a otro nuevo enclave (Bolsena) —algo similar ocurrió con Falerii—, Etruria, como
entidad política, desaparecía de la Historia. Sin embargo, incluida en el engranaje ro
mano —las colonias y las vías de comunicación (Vía Aurelia, Vía Flaminia, Vía Clo
dia, Vía Amerina, Vía Cassia) fueron fundamentales—, todo su territorio hubo de
verse sacudido por tres circunstancias: un último ataque de los galos, la presencia del
invencible Aníbal y los grandes desequilibrios socioeconómicos.
Ataques galos
El ataque de los galos vino propiciado por el peligro que ellos mismos sintieron
ante el espectacular avance romano hacia las tierras norteñas que, una vez ocupadas
militarmente, eran repartidas entre colonos, siguiendo la política del tribuno de la
plebe C. Flaminio. Tras el fracaso de un ataque galo en el año 236 a.C. a la colonia
de Ariminium (actual Rímini), en la costa adriática, y, antes de sentirse rodeados, los
galos prefirieron lanzarse, desde la llanura del Po, hacia Etruria, una vez lograda la
coalición de boyos, insubros, lingones, taurinos y gesates —éstos mandados por los
caudillos Concolitano y Aneoresto (Polibio, II, 22)— y llegar en el 225 a.C. hasta
Clusium (Chiusi), ciudad que fue saqueada.
Roma, al tener noticia de aquellos hechos, movilizó la Liga itálica, formando un
ejército de 150.000 hombres, en el que participó también Etruria, para frenar la inva
sión gala.
La batalla de Telamón
No obstante, aquellas tribus galas invasoras, de vuelta hacia el norte y tras sostener
pequeñas escaramuzas en las que salieron vencedoras, fueron cogidas entre dos ejérci
tos romanos, mandados por los cónsules L. Emilio Papo y C. Atilio Régulo. Al decir
de Polibio (II, 27-31), los galos sufrieron en aquel 225 a.C. una fortísima derrota
en el litoral toscano, a orillas del cabo Telamón. Tal batalla facilitaría, en opinión de
L. Homo, el «remate de la unidad italiana», que se llevaría a término en el 222 a.C. con
la conquista de Mediolanum (Milán). El territorio galo conquistado pasó a ser coloniza
do (ager Gallicus), fundándose dos grandes colonias junto al Po, Placentia y Cremona.
Aníbal en Italia
Apenas transcurridos siete años después de aquella batalla, Etruria, ya unida a
Roma, se vio nuevamente envuelta en un gran conflicto militar, esta vez motivado
por los cartagineses.
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