Page 112 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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pío, donde fue encontrado por unas vírgenes que iban a buscar agua.
       Éstas le consideraron hijo de Vulcano y le llamaron Caeculo por sus
       ojos empequeñecidos a causa del humo, entregándole a continuación
       a unos pastores para que le criasen. Al hacerse joven, Caeculo se ro­
       deó de una banda y se dedicó al bandidaje, hasta que finalmente fun­
       dó la ciudad de Praeneste. Durante una celebración religiosa, el héroe
       invitó a las gentes allí convocadas a permanecer en la nueva ciudad, y
       para persuadirles les dice que es hijo de Vulcano, pero ante la incre­
       dulidad general, su padre se manifiesta rodeándole la cabeza con una
       corona de fuego.
          La  leyenda  de  Caeculo  puede  completarse  con  otros  aspectos,
       pero sin duda son éstos los más destacados. Tres componentes funda­
       mentales definen el relato tradicional: el nacimiento y exposición, la
       educación y por último la fundación de Praeneste. La primera está ca­
       racterizada sobre todo por el papel destacado que interpreta el fuego,
       elemento que según D. Briquel mantiene una relación muy específica
       con el rey indoeuropeo por su condición de lazo, a través del sacrifi­
       cio,  entre los hombres y los  dioses.  Sin perjuicio  de esta interpreta­
       ción, la profunda vinculación del héroe con el fuego en el mundo la­
       tino quizá sea también consecuencia de su gran proximidad a la divi­
       nidad pertinente, es decir Vulcano o en su defecto Vesta. En la leyenda
       de Rómulo  esta connotación  se  manifiesta en la cualidad  de vestal
       de Rhea, según veíamos en su momento, mientras que en el caso de
       Caeculo aparece magnificada, pues por una parte el héroe es hijo de
       Vulcano y, por otra, son vestales las jóvenes que le recogen tras ser ex­
       puesto. Esta «condición ígnea» se repetirá en otros personajes.
          La segunda parte del relato sobre Caeculo, referente a su educa­
       ción y juventud, presenta todavía mayores similitudes al de Rómulo.
       Caeculo fue criado entre pastores y su educación fue dirigida por los
       hermanos de su madre, llamados Depidii por Varrón y Digidii por So-
       lino, mientras que otras fuentes les conceden el apelativo de divi, per­
       sonajes desconocidos  que deben representar a pequeñas divinidades
       locales, por lo que han sido identificados con los Lares praestites de Prae­
       neste; por su parte, J. N. Bremmer quiere ver aquí otra huella del pa­
       sado indoeuropeo, donde el tío materno interpretaría un papel central
       en la formación del joven aristócrata. De todas maneras, es evidente
       que los Depidii desempeñan la misma función que Faustulo en la le­
       yenda de Rómulo. Al igual que éste, Caeculo se rodeó también de un
       grupo de jóvenes con los que se dedicaba al latrocinio. Virgilio intro­
       duce a Caeculo como uno de los que apoyaron a Turno en su guerra
       contra Eneas y proporciona una imagen muy sugestiva de las fuerzas

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