Page 222 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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avaricia, el perjurio, que terminan por expulsar del alma el respeto,
la virtud y la justicia (16). La presión de la ciudad es descrita con tin
tes tan negros que justifica el destierro voluntario, al que el propio Ni
grino se somete en su casa para evitar el contacto con una ciudad que
contamina todo lo que toca:
[...] decidí en el futuro encerrarme en mi casa y, eligiendo esta for
ma de vida, que la gente considera mujeril y tímida, converso con
la filosofía misma, con Platón y la Verdad... (18. Trad. A. Espinosa.)
Desde su atalaya el filósofo contempla lo que para él es el lamen
table espectáculo —describe Roma como un teatro y lo que en ella
pasa como un drama (20)— de una ciudad cuyo único rasgo positivo
radica en que con sus incitaciones se convierte en una palestra de vir
tud, para aquel que se resiste y con espíritu crítico no se deja seducir
por sus melifluos requerimientos (19). No es de extrañar que sintiera
añoranza por la Hélade (17, 18). Las vanidades de los ricos le resultan
absurdas por desmesuradas, por su carencia de gusto (21) y, sobre
todo, por los estragos de fortuna que insiste en mostrar que la riqueza
y el poder son bienes mudables (20). Pero si los ricos y poderosos ofre
cen un triste espectáculo, todavía más lamentable es el que ofrecen los
clientes con sus mezquinas aspiraciones, que se hacen notar desde el
alba, sometidos al arbitrio y humillaciones de los esclavos que traba
jan en las casas de los patronos (21). Son ellos quienes con sus adula
ciones consiguen que los ricos y poderosos se vuelvan engreídos y lle
guen al «delirio» (23). A estas actitudes sumisas y aduladoras se suman
también algunos filósofos, quienes además de no pasar desapercibi
dos por su indumentaria (24) no hacen ascos a los banquetes en casas
de ricos, donde los más aventajados de ellos llegan incluso a marcarse
algún cante (25). Son filósofos a jornal3 que contrastan con Nigrino
que enseñaba gratis a quienes se lo pedían y despreciaba todo lo su
perfluo llevando un género de vida intachable (26), ajeno también a
3 A través de la perspectiva de los hombres de letras griegos que deseaban colocar
se en las casas de principales romanos, Luciano ofrece en de mercede conductis un buen
número de argumentos paralelos con la obra que nos ocupa (vanidad de los ricos, las
zozobras de los clientes, la desfachatez de los esclavos, la «esclavitud» del que trabaja o
depende económicamente de una casa principal...). Sin embargo, entiendo que en esta
obra se expresan fundamentalmente las reservas laborales de los gramáticos, rétores y fi
lósofos griegos en Roma y la oposición de sus colegas romanos. La oposición Gre
cia/Roma, que también existe, es mucho más liviana que en Fihsofla de Nigrino y tiene
un origen laboral, y tampoco tiene tanta fuerza el psogos antirromano.
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