Page 242 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
P. 242

para instaurar el Reino si los hombres, por su parte, ponían todos los
       medios para prepararle el camino15.
         Jesús estaba convencido del pronto fin del mundo. Había dicho:
       «Hay algunos de los aquí presentes que no gustarán de la muerte has­
       ta que vean venir el Reino de Dios en poder» (Me 9,1). Además, cuan­
       do despachó a sus discípulos a misionar por Israel, les dijo en su dis­
       curso de envío: «Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra... Yo
       os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes de que
      venga el Hijo del Hombre.» Y también: «Cuando veáis que esto suce­
       de (la serie de tribulaciones finales) caed en la cuenta de que El está
       cerca, a las puertas. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta
      que todo esto suceda» (Me  13, 29-3O)16. Esta constatación tendrá su
      importancia a la hora de determinar la relación de Jesús  con  el Im­
      perio.
          Desde la perspectiva que brinda un análisis crítico de las narracio­
      nes sinópticas se deduce que Pilato debió sentenciar a muerte a Jesús
      porque estaba convencido de que era un hombre políticamente peli­
      groso. Si damos crédito ajn  6,  15, Jesús había rechazado categórica­
      mente proclamarse rey; parece, como indicamos, que concebía su mi­
      sión más como proclamador del Reino que como actuante o activista
      político.  Pero  su predicación  del Reino  conducía inevitablemente  a
      que Jesús fuera considerado por ojos que percibían tan sólo ciertas lí­
      neas  de  su pensamiento y el movimiento  de masas  que  provocaba
      como líder de un grupo subversivo contra el orden político y social en
      vigor, controlado por los romanos para su propio provecho. La abso­
      luta soberanía de Yahvé predicada por el Galileo era algo de lo que un
      procurador romano no podía ni oír hablar. Si a esto se añade que el
      estamento  superior del judaismo,  sobre todo  los  saduceos  heleniza-
      dos, obtenían provecho económico del mantenimiento de las circuns­
      tancias, se explica que la connivencia romana con las autoridades ju­
      días en la captura, juicio y ejecución de Jesús expresara el común inte­
      rés  de  mantener,  aunque  por  motivos  diversos,  el  status quo  social,
      político y religioso.
          El episodio de la «purificación del Templo» (Me 11,  15-19 y par)


          15  Éste es el sentido que nos parece más probable para la entrada mesiánica en Je-
      rusalén: Me 11,1-2.
          16  En todos estos pasajes el tenor original de las palabras de Jesús está fuertemente
      reelaborado por el redactor evangélico. Pero sea cual fuere el último veredicto sobre la
      autenticidad, lo cierto es que el evangelista nos transmite que Jesús estaba convencido
      de un final del mundo inminente.

      250
   237   238   239   240   241   242   243   244   245   246   247