Page 266 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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gis ter equitum per Orientem en el 359, quien, en lugar de hacer frente a
      la cruenta guerra de su zona de control, pasaba el tiempo en las tum­
      bas de Edesa35.
          Se puede afirmar, por tanto,  que el antioqueno no llega a com­
      prender el alcance del antagonismo entre paganismo y religión cristia­
      na: en su descripción, que en ocasiones cuenta con silencios delibera­
      dos,  no  encontramos una hostilidad declarada,  como  en el  caso  de
      Eunapio36 o de Rutilio Namaciano, por ejemplo.
          En este sentido la aceptación de la pureza de costumbres de algu­
      nos cristianos no puede considerarse como una aprobación de la fe
      profesada por los practicantes de la misma en su conjunto.
          ¿Qué explicación existe para esta postura «imparcial» de Ammia­
      no con relación a unas creencias que no compartía? Pensaría, al igual
      que Símmaco {Relationes 3.7-10), desde un punto de vista práctico, aje­
      no a los enfrentamientos teológicos, que el cielo es un lugar común a
      todas las religiones, importando poco las vías de acceso a los misterios
      divinos37.
          Tal  indiferencia  y  moderación,  que  rechaza  cualquier violencia
      partidista y contempla a la religión como un acto de elección personal
      más que un asunto de Estado, procede sin duda del espíritu de tole­
      rancia del antioqueno; una buena prueba la hallamos en el elogio de
      la política religiosa de Valentiniano38, escrito en tiempos de Teodosio
      y que constituye una crítica contra la situación de la época y de las
      medidas tomadas por este emperador contra el paganismo, que impli­
      caría la prohibición de los cultos tradicionales.
          De esta manera se halla Ammiano entre las personas cultas de las
      décadas finales del siglo iv, aferradas a la civilitas como norma de con­
      ducta, y resultando por tanto insensibles a las  diferencias religiosas.
      Aunque próximo al círculo de Símmaco, se aparta del espíritu parti­
      dista de sus miembros en el plano religioso39.
          Por consiguiente, sin aferrarse al pasado, aunque sin atenerse tam­



         35  Amm. Marc.  18.7.7;  19.3.1 y 22.11.7. Cfr. J. Szidat, «Sabiniamis: ein Heermeis-
      ter senatorischer Abkunft im 4. Jh.», Historia, 40 (1991), 494 y ss.
         36  Véase Focio, Bibliotheca, cap. 77.
         37  El monoteísmo neoplatónico y desvaído que se rastrea en las Res Gestae conduci­
      ría en esta dirección.
         38  Amm. Marc. 30.9.5.
         39  Por consiguiente, la solidaridad de cultura y clase social, salvo en casos excepcio­
      nales, resultaba más fuerte que la comunidad de ideas y creencias religiosas. Cfr. S. Maz-
      zarino, Aspetti sociali del quarto secolo, Roma,  1951, 367.

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