Page 213 - Debate anti-utopico
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La izquierda desfigurada en los tiempos democráticos 213
Otro aspecto que expresa claramente el surgimiento de una máscara
de revolución, está relacionado con la crisis de los Derechos Humanos.
El régimen del MAS, criticando lo que había significado el viejo modelo
neoliberal y sus diferentes políticas represivas impuestas por la fuerza, ha
vuelto a utilizar los mismos métodos como la excesiva politización del
Poder Judicial, tanto para intimidar como para eliminar a la oposición.
El periodo 2006-2013 se ha caracterizado por la incapacidad de lle-
var a cabo una reforma eficiente del sistema penitenciario: los Derechos
Humanos se violan sistemáticamente en todo el país y en la adminis-
tración diaria de las fiscalías y la realidad carcelaria. Esto también se
manifiesta en el aumento de la violencia urbana, la inseguridad ciuda-
dana y en los servicios de protección que el Estado debería proveer pero
que hoy se están privatizando. Por el miedo a ser asaltado, despojado de
sus propiedades, o agredido en la calle, muchos ciudadanos contratan
a personal de seguridad privada, resaltando una distancia monumental
entre el discurso de transformación estatal y una realidad anómica donde
impera la arbitrariedad y la excesiva violencia.
El MAS tampoco ha innovado en materia de política social, lo cual
no quiere decir que no haya logrado algunos éxitos y avances concretos
con objetivos de corto plazo. Sin duda, los indicadores macro-económi-
cos son positivos: la estabilidad, como en el viejo modelo neoliberal, ha
sido mantenida. Lo más notorio es la persistencia de una conciencia y
un esfuerzo desarrollista que acerca a las nuevas élites del MAS con el
imaginario de las élites tradicionales: aumentar el crecimiento económico,
la exportación de materias primas, la modernización consumista de las
principales metrópolis y el gasto social en educación, salud y vivienda
porque son el complemento superficial que oculta la necesidad de ejecu-
tar políticas públicas más agresivas para combatir la desigualdad.
El acceso al poder, los privilegios que éste trae, la inexistencia de
estructuras institucionales meritocráticas y grandes disparidades en la
distribución de la riqueza, han apuntalado un Estado que sigue siendo