Page 215 - Debate anti-utopico
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La izquierda desfigurada en los tiempos democráticos        215



            de una democracia racial de inspiración mítica. Este tipo de ficciones no
            han combatido el racismo, sino que lo solaparon con otro tipo de exclu-
             siones y actitudes segregacionistas.
                Las definiciones de raza y racismo, en lugar de mantenerse como una
            herramienta analítica, se han ido transformando de forma maniquea en
            un instrumento de inculpación para desterrar a cualquier tipo de opo-
             sición o para descartar la necesaria diferencia de opiniones. En Bolivia,
            la raza quedó reducida a una especie de pigmentocracia de indios con-
            tra blancoides (o viceversa), justificando así el manejo del poder, tanto
            desde la izquierda como desde la derecha, lo cual dio paso a pondera-
            ciones ideológicas como el hecho de afirmar que en el país existía un
            apartheid boliviano.
                Precisamente esta interpretación bastante arbitraria es una especie de
            reminiscencia del viejo socialismo-comunismo. Hoy día se piensa que el
            proyecto hegemónico va a implementarse por fases: primero, liquidando
            al Estado republicano, posteriormente apagando la democracia represen-
            tativa y, por último, llegando a construir el Estado indígena o el modelo
             socialista comunitario, el cual sería un nuevo tipo de comunismo. En
            este trayecto, lo más importante está sujeto a la división del país en tér-
            minos ideológicos, étnicos, clasistas y todo tipo de grupos de presión.
                El resultado termina en una profunda “desmodernización” del país
            expresada en lo siguiente: descolonizar, romper con el Estado republicano,
            construir el Estado Plurinacional solamente a partir de lo económico
            por medio de las nacionalizaciones, polarizar la opinión con el discurso
            del Estado indígena, desoccidentalizar y armar una agenda hasta el año
            2025. La desmodernización está unida a la desintegración, de tal manera
            que se hallan en riesgo las identidades colectivas que piensan en la uni-
            dad nacional, o en una sola Bolivia moderna y democrática. El proyecto
            hegemónico parece haber sido diseñado como una construcción social y,
            precisamente por la dinámica social y cultural, los movimientos sociales
            indígenas todavía tienen que expresarse con mucha fuerza.
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