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lruagru de • El art<' dt•  e~nihlr •, •lllllulo tlt•
            Pa•lb~~on incltndo C'n la Enciclopeclin. que
            ilustra el  mc>du dl'  'U)ctar la  pluma:
            1  El extremo del dedo corazón SUJt'ta  la  pluma.
            L  PCL·~•ón dl'l pulg<u  1 cw t•lt·xtn•mo del dedo
             mdire.
            l· L1 plum,, p¡h;l por dd<Jntc dt•  J,¡  ptH11t'ra
             artitul<~tHin (A).
            4 5  f'u~it ion tk• lw.  do~ ídt llllOS  dedos.
            6. J>o~l('lón dl' J;¡  lllllilct·,,.
            7  Indica el  hu~cu h.1ju 1.1  111:1110.
            8. E"t rl'mo del  d<:do  1 nd KC.
            9  L¡¡  punta de In plucn,c.









                                                       s ....  ·~







                                                                  2  4 5
                                                                               l




                                                   lado sabemos, gracias a algunas pinturas de la  antigüedad y retratos del
            Vista~ ~:n pt·r~pectivil y d<•l  vit•ntrc tlc una   Renacimiento, como el del humanista Erasmo, que Jos escribas no siempre han
            plulliJ de•  trat<u  usada p::u a uihuj.H grande,   sujetado el  instrumento de cscril1.tra riel  mismo modo. Estas observaciones son muy
            arabebco~. Ob!.c>I'VI'SI'Iil  particularidad c.le ~~~~
                                                   útiles y nos permiten explicar en parte las nlteraciones experimentada~ por la lelra.
            gavtlancs, llamndus t'11  •bitmpH••, t·~ decir, poco
            ilhUCtddU~.                            De este modo, los experto:,, entre  lns que figura el doctor H. Callewaert, creen  haber
                              VÍI'llll'l'          reconociJo cuéltro lipos fisiológicos en  la forma de sujetar la pluma. Por nuestra
                                                   parte. señalaremos únicamente tres: el  tipo solidario, el tipo combinado y el tipo
                                                   solidario con una sujeción del  instrumento entre el índice y el dedo corazón.
                                                   L<~ escritura de Erasmn pertenece <1l  primer tipo indicado: la pluma se encuentra
                                                   fijada al  índice por una luerte presión del  pulgar. Por el contrario, en el  tipo
                                      gran         combinado, la dos últimas falanges del dedo índice pueden moverse libremente;
                                      abertura
                                                   su acción conjunta permite la  rne¡or escritura. La  pluma, sostenida en la primera
                                                   articulación, forma un ángulo de 45" con el plano de la superficie de trabajo. Por
                                                   otro lado, intentaremos asir el  portaplumas bastante cerca de su extremo para tener
                                                   un mejor control del  trazado. Consideramos que esta forma de sujetar el utensilio e~
                              puntos               la más coherente y la  má:, natural desde el punto de vista  fisiológico.  En cuanto al
                                                   tercer tipo, parece que se utilizó durante el siglo 1 de nuestra era, especialmente para
            Un,1 pluma bit•n .:tillll'l'\td.t, reservada para la   la rústica.
            ~:~crilurtl lllhiva.

                                   pt•lhl          El  grueso y el  perfil

                                                   Una de las reglas de oro de In caligrafía es la noción de grueso y de perfil.
              rwrhl
                                                   En Occidente la letra s<•  compone, efectivamente, de  partes gruesas y panes finn~
                                                   o perfiles.  La alternancia entre gruesos y perfiles constituye uno de los principio5
                                                   fundamentales y u11a  con:.tante 1:!11  la caligrafía latina.  Si  bien en la escritura árabe
                                                   no es necesario respetar los perfiles,  por el  contrario, toda nuestra cultura gTática se
                                                   basa en este principio. Ésta debe scr pues una de las preocupaciones permanentes






                                                      NOUONI'o~ PlllliMINAI\l'
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