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esLrítura mnmLmenlal escritu ra cancilleresca escritura actut1ria
culturaL En este caso se trata de una fígura en la que la forma ele la letra parece
tener tanta importancia como la velocidad de su trazado. El escriba realiza la
escritura de modo vivo y alerta, aunque sin dejar de cuidar la formación correcta
de los signos.
Finalmente, la tercera fase agrupa todas las escrituras epistolares, las de los
escritos privados y las misivas, trazadas rápida y expeditivamente. Estas grafías,
en las gue se multiplican los ligados, pueden llegar a ser ilegibles.
Desde el punt'o de vista gráfico, la escritura actuaria constituye un filón Je
descubrimientos, así como un terreno fértil para las fuerzas vivas de la creatividad,
la frescura y la audacia. Todo calígrafo concienzudo debería en principio renovar
sus fuentes de inspiración analizando este tipo de escritura común, como si se
zambullera de nuevo en la fuente t.le la juventud. La caligrafía, en efecto, se nutre
de este intercambio incesan1'e y de la alteración permanente de la cursividad.
Podemos fácilmente imaginar la sorprendente riqueza de los alfabetos creados por
una asociación o combinación de diferentes estilos, y Jos híbridos caligráficos que se
pueden obtener dosificando juiciosarnenle estos tres estatlos de la escritura.
ALGUNOS E LEMENTOS DE PALEOGRAFÍA Y EPIGRAFÍA LATINAS
A decir verdad, no existe una delimltaci6n muy precisa entre las numerosas ciencias
au.lliliares que ayudan a esclarecer la realidad del mundo antiguo. NíngLU1a de estas
ciencias podría estudiarse de un modo estrictamente independiente. La caligrafía,
tema sobre el que se centra la presente obra, no constituye una excepción a esta
regla. Aislatla de otras disciplinas como la historia, la paleografía y la epigrafía,
resulta incapaz de revelarnos LOdas las sutilezas tle nuestro pasado gráfico. Tal y
como su nombre intlka, la paleografía representa la ciencia que trata de descifrar las
escritmas anlig11as realizildas sobre un c:;oporte perecedero, sien<.lo los más habituales
el papiro, el pergamino, el papel y la cera. Por el contrario, la epigrafía (vocablo que
prqviene de las palabras griegas epi, «sobreh, y grnphein, «escribir») constituye una
rama de la paleogra·fía que se ocupa de las escrituras realizadas sobre 1m soporte
duro: piedra, metal o hueso.
La paleografía dilucida el origen y desarroJlo de numerosas escrituras creadas por
el ser humano. Desde la invención de la escritura, las sociedades han sido capaces
ue transmití r mediante este sistema su experiencia, sus pensamientos, así como sus
hechos y sus gestas. Hasta el advenimiento de la imprenta, la escritura constituye de
algún modo la única forma de fijar la cultLLra. En la escritura latina distinguimos tres
grandes períouos. De influencia romana, el primer período abarca desde los orígenes
hasta el siglo vn; el segundo, el carolingio, comprende desde el siglo vw hasta el xn,
y el ú ltimo incluye el estilo gótico y la escritura humanista. Naturalmente, a cada
período y a cada estilo corresponden dos tipos de escritura perfectamente
complementarios: la escritura de lo::; libros o littera libmria y la escritura de las
misivas y documentos de uso corriente, denominada llttera epistolaris. En los libros
16 NOt:IONES PltfLIMINARES