Page 301 - El Retorno del Rey
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—Si no hay ninguna puerta —dijo Merry—, no en el camino; lo sabes muy
bien. Está la Puerta de los Gamos, por supuesto; pero allí a mí me dejarán entrar
a cualquier hora.
—No había ninguna puerta, querrás decir —dijo Gandalf—. Creo que ahora
encontrarás algunas. Y acaso hasta en la Puerta de los Gamos tropieces con más
dificultades de las que supones. Pero sabréis qué hacer. ¡Adiós, mis queridos
amigos! No por última vez, todavía no. ¡Adiós!
Hizo salir del camino a Sombragris, y el gran corcel cruzó de un salto la zanja
verde que corría al lado, y a una voz de Gandalf desapareció galopando como un
viento del norte hacia las Quebradas de los Túmulos.
—Bueno, aquí estamos, nosotros cuatro solos, los que partimos juntos —dijo
Merry—. Hemos dejado por el camino a todos los demás, uno después de otro.
Parece casi como un sueño que se hubiera desvanecido lentamente.
—No para mí —dijo Frodo—. Para mí es más como volver a dormir.