Page 226 - La Traición de Isengard
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—Es la Piedra de Durin —dijo Gimli—. [Nosotros >] Yo no puedo seguir sin
      detenerme un momento a mirar la maravilla del Valle.
        —Apresúrate entonces —dijo Trotter, volviendo la cabeza hacia la Puerta—.
      El  sol  se  pone  temprano.  Los  Orcos  no  saldrán  hasta  el  crepúsculo,  pero
      deberíamos estar muy lejos antes de que caiga la noche. La luna aparecerá por
      última vez, y la noche será oscura.
        —Ven  conmigo,  Frodo  —llamó  el  enano—,  y  cualquiera  que  lo  desee.  —
                           [284]
      Pero  sólo  Sam  y  Legolas  lo  siguieron.    Corrió  prado  abajo  y  miró  la
      columna. Las runas que tenía estaban desgastadas—. Esta piedra marca el sitio
      donde  Durin  miró  por  primera  vez  en  el  Lago  Espejo  —dijo  el  enano—.
      Miremos nosotros.
        Se inclinaron sobre el agua.
        Durante  un  rato  no  pudieron  ver  nada.  Sobre  la  laguna  no  se  reflejaba  la
      sombra de ninguno de ellos. Luego, lentamente, aparecieron las formas de las
      montañas de alrededor, reflejadas en un profundo azul, y en medio un espacio de
      cielo.  Allí,  como  joyas  en  la  profundidad,  brillaban  unas  estrellas  titilantes,
      aunque la luz del sol estaba en lo alto del cielo. No había sombras de ellos en el
      agua.
        —Bello Kheledzâram —dijo Gimli—. Ahí descansa la corona de Durin hasta
      que despierte. Adiós.
        Saludó  con  una  reverencia,  dio  media  vuelta  y  subió  deprisa  por  el  prado
      hasta el camino.
        El camino corría ahora hacia el sudoeste [léase sudeste] [285]   y  descendía
      rápidamente, alejándose de los brazos de las montanas. Un poco por debajo del
      lago tropezaron con un manantial Profundo de aguas oscuras, casi negras; el agua
      fresca caía sobre un reborde y se alejaba gorgoteando por un canal abierto en la
      piedra. [258]
        —Éste es el manantial donde nace el Raíz Negra —dijo Gimli—. No bebáis,
      es frío como el hielo.
        —Pronto se transformará en un río rápido —dijo Trotter— alimentado por
      muchas  otras  corrientes  de  [?toda  la  tierra].  Nuestro  camino  lo  bordea.  Y
      debemos ir más veloces que él. Allí está nuestro camino. —Ante ellos pudieron
      ver que el Raíz Negra descendía hacia las tierras más bajas hasta perderse en
      una distancia que brillaba como oro pálido al borde de la visión—. Allí están los
      bosques de Lothlórien —dijo Trotter—. Sus árboles aún se hallan a muchas millas
      (cuatro leguas o más), pero hemos de alcanzarlos antes de la noche.
        [Entonces, continuaron la marcha en silencio] [286]   durante un tiempo, pero
      cada paso se hizo más doloroso para Frodo. A pesar del sol brillante [? invierno],
      el aire le parecía helado luego de la tibia oscuridad de Moria. Sam a [su] lado
      también se sentía débil. El corte en el brazo le estaba doliendo. [287]   Se rezagaron
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