Page 390 - La Traición de Isengard
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¿El Águila debería volar desde Sarn Gebir, llevando a Gandalf desde Tolbrandir,
dónde éste resistió al Ojo y salvó a Frodo? Si es así, sustituir lo siguiente:
—¡Mirad! —dijo Legolas, apuntando al cielo pálido encima de ellos—. Ahí
está de nuevo el águila. Vuela muy alto. Parece estar volando desde Sarn Gebir
de vuelta al norte. Regresa al norte. ¡Mirad!
—No, ni siquiera mis ojos pueden verla, mi buen Legolas —dijo Aragorn—.
Tiene que estar en verdad muy alta. Me pregunto en qué andará, si será la
misma ave que vimos antes. ¡Pero mirad! Veo algo.
Éste es virtualmente el texto de DT (p. 23); y es curioso ver cuál era su
significado cuando se escribió por primera vez: que Gandalf pasaba muy alto por
encima de sus cabezas. El águila volaba hacia Fangorn (y, por lo tanto, en
dirección noroeste más que norte), mientras que en DT Gandalf luego le explica
a Legolas (pp. 127-128) que él había enviado al águila, Gwaihir, el Señor de los
Vientos, « a observar el Río y a recoger noticias» : Gwaihir le había hablado del
cautiverio de Merry y Pippin. [519] Junto a la sugerencia aquí de que el águila
estaba llevando a Gandalf desde Tol Brandir « donde resistió al Ojo y salvó a
Frodo» , mi padre escribió NO en letras grandes; cf. DT p. 128: « yo residía
entonces en un sitio alto y luché con la Torre Oscura; y la Sombra pasó» . No
obstante, preservó el texto nuevo.
En DT (pp. 23-24), los tres compañeros siguieron el rastro orco al norte, a lo
largo del declive escarpado hasta la hondonada donde un sendero bajaba como
una escalera, y siguieron el rastro hasta la llanura. En el presente texto la historia
es distinta: [465]
… un sendero áspero bajaba a la llanura como una escalera ancha y empinada.
En la cima de la hondonada Aragorn se detuvo. Había un estanque poco profundo
como un gran cuenco, por cuyo borde desgastado caía el agua: en el borde del
cuenco algo que brillaba atrajo su atención. Lo alzó y lo sostuvo a la luz. Parecía
el brote nuevo de una hoja de haya, hermoso y prematuro en la mañana
invernal.
—¡El broche de una capa élfica! —gritaron juntos Legolas y Gimli, y cada
uno se llevó la mano al broche que llevaba al cuello; pero no los habían perdido.
—Las hojas de Lórien no caen inútilmente —dijo Aragorn con solemnidad—.
Este broche no traicionó a su propietario o se perdió por casualidad. Fue tirado:
quizá para marcar el sitio donde los apresadores se alejaron de las colinas.
—Quizá lo robó un orco que lo dejó caer —dijo Gimli.
—Cierto —dijo Legolas—, pero aun así nos dice que por lo menos uno de
nuestra Compañía fue capturado, como contó Boromir.
—Puede que sólo nos diga que uno de nuestra Compañía fue saqueado —