Page 57 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides
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ESTUDIO PRELIMINAR
bras de su hermana señala la línea continua en torno al delito de
sangre y la idea de la justicia vengativa, pues él y Electra son los
aguiluchos huérfanos de padre, ya muerto y abrazado por los ani-
llos de la víbora (Clitemnestra), de modo que Orestes —la víbora,
a su vez, del sueño premonitorio de la reina argiva— es ahora el
águila-Erinia de su padre y el reptil asesino de su madre:
101
¡Zeus, Zeus, sé espectador de estos acontecimientos!
¡Mira la descendencia huérfana del águila paterna,
del que murió en los espirales y en los anillos
de la terrible víbora! ¡A los huérfanos
la hambruna del hambre oprime, pues no son adultos
102
para traer la caza al paterno nido!
Ahora bien, a pesar del vínculo entre Agamenón y Zeus, el sa-
crificio de Ifigenia es un acto que también vulnera al rey argivo,
pero tanto en este hecho como en hacer la guerra aquél estaba
obedeciendo puntualmente a los dioses. Quizá el mismo Esquilo
se halló en la duda de cómo entender y proyectar dos estructuras
jurídico-religiosas que en la Orestiada no concuerdan del todo,
a pesar de la unidad silogística de la trilogía. A final de cuen-
tas lo que parece prevalecer es que todo sucede por voluntad de
Zeus, por lo que el sentido religioso está apegado totalmente a
101 Lo onírico revela la concepción del poder del águila (el bien; lo justo) que
tiene por naturaleza propia vencer el mal (la serpiente; lo injusto). Lo relevante
aquí, como hemos apuntado, es la alternancia que se da entre los personajes,
quienes ejecutan ora el papel del águila, ora el de la serpiente, de acuerdo con la
determinación del destino.
102 Aesch., Cho., 246-251.
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