Page 297 - Vive Peligrosamente
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CAPÍTULO XVII
Hacia Viena en compañía del Duce. – Una vez más, airosos. – En el
Hotel Imperial. – La "Cruz de Caballero". – Hitler me felicita. –
Exigencias. – El partido fascista republicano. – El fallo histórico de
Mussolini. – El "último romano". – Un alto en la ciudad de Munich.
– La familia del Duce. – La última visita de Ciano. – En el Cuartel
General. – Ante los altos mandos de la Werhmacht. – La opinión de
Göring. – Regreso a Italia. – Pérdidas mínimas.
En aquel momento en que nos encontrábamos en un confortable avión,
nos sentíamos muy a gusto, sabedores de que habíamos superado un trance
difícil. Sin embargo, no podíamos sostener una verdadera conversación a
causa del ruido de los motores.
El Duce se apoyó en el respaldo de su asiento con los ojos cerrados. Y
yo aproveché la ocasión para seguir el hilo de mis pensamientos. Había
cumplido satisfactoriamente la importantísima misión que se me
encomendó; mi sano optimismo y mi férrea voluntad vencieron todos los
obstáculos que me salieron al paso.
Sabía que la suerte continuaba siendo mi aliada en mi vida de soldado y
que se había portado particularmente bien en día tan importante. También
sabía que la misión que acababa de cumplir habría fracasado por un simple
detalle, tal vez nimio, y que, dadas las difíciles circunstancias que la