Page 251 - El Misterio de Belicena Villca
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setecientos años antes de acertar, en la Epoca actual, con otra posibilidad
                 semejante. Aquí sería, pues, el momento de abandonar el tema de la Sinarquía
                 Medieval y continuar con la historia de la Casa de Tharsis que, como adelanté
                 reiteradas veces, se trasladaría en parte a América y fundaría el linaje del cual
                 desciendo. Sin embargo, Estimado y  atento Dr. Siegnagel, es mi deseo que
                 consiga Ud. comprender con la mayor profundidad posible la Sabiduría
                 Hiperbórea, porque ella es la causa verdadera del drama de la Casa de Tharsis.
                 Sé que en muchas partes la narración de la historia de la Casa de Tharsis ha
                 quedado oscurecida por la ausencia de detalles, por lo desconocida que resulta
                 al profano la Sabiduría Hiperbórea. Por eso, antes de continuar con el relato, me
                 tomaré unos Días para exponer una “Síntesis General” de lo ya visto sobre
                 la Sabiduría Hiperbórea: fundamentalmente, procuraré aclarar las principales
                 ideas mencionadas o referidas hasta ahora. Creo que la mejor manera de lograr
                 este objetivo será describir cuatro  conceptos de la Sabiduría Hiperbórea y
                 definirlos mediante un lenguaje accesible para Ud.  Tales conceptos son:  “La
                 Cultura es un arma estratégica enemiga”, “El Yo, en el Hombre Creado, es
                 un producto del Espíritu Increado”, “La Alegoría del Yo prisionero”, y “La
                 Estrategia Odal de los Dioses Liberadores”. Mientras dure la exposición de
                 estos temas subtitularé los Días: “Síntesis General de la Sabiduría Hiperbórea”.
                        Desde luego, que tal síntesis causará  la natural interrupción del relato
                 sobre la historia de la Casa de Tharsis. Es por eso que, si está muy interesado en
                 continuar con la narración básica, le sugiero saltearse al  día 49. En ese día
                 prosigue la historia y su expectativa quedará satisfecha, pero le advierto que es
                 indispensable que  al final lea los días pasados por alto, para completar su
                 conocimiento general de la Sabiduría Hiperbórea.

                        En la carta que escribí el  Tercer Día, expliqué que “el principio para
                 establecer la filiación de un pueblo aliado de los Atlantes consiste en  la
                 oposición entre el Culto y la Sabiduría: el sostenimiento de un Culto a las
                 Potencias de la Materia, a Dioses que se sitúan por arriba del hombre y aprueban
                 su miserable existencia terrenal, a  Dioses Creadores o Determinadores del
                 Destino del hombre, coloca automáticamente a sus cultores en el marco del
                 Pacto Cultural, estén o no los Sacerdotes a la vista”. El primer concepto es fácil
                 de comprender como consecuencia de esta definición. Para el Enemigo del Pacto
                 de Sangre, es decir, los miembros del Pacto Cultural, “la Cultura es un arma
                 estratégica”. A lo largo de toda mi carta, ya mostré sobradamente esa verdad en
                 los múltiples ejemplos en los que se vio  a los miembros del Pacto Cultural ir
                 dominando las sociedades humanas mediante el control de las principales
                 variables sociales. Sin embargo, la Sabiduría Hiperbórea afirma que el objetivo
                 enemigo es más sutil y que su Estrategia apunta a controlar el Espíritu del
                 Hombre, en el hombre, vale decir, se propone controlar su Yo.
                        Cuando se realiza la crítica de la moderna cultura urbana del “Occidente
                 cristiano” suelen detallarse los “males” que ésta provoca en algunos individuos: la
                 alienación; la deshumanización; la esclavitud al consumo; la neurosis depresiva y
                 su reacción: la dependencia a diversos vicios, desde la narcosis hasta la
                 perversión del sexo; la competencia despiadada, motivada por oscuros
                 sentimientos de codicia y ambición de poder; etc. La lista es interminable, pero
                 todos los cargos omiten,  deliberadamente, lo esencial, haciendo hincapié, en
                 males “externos” al Alma  del hombre, originados  en “imperfecciones de la

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