Page 299 - El Misterio de Belicena Villca
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alcanzaron el Alto Honor de custodiar la Vruna de Oricalco, recibieron en cambio
el Signo del Origen como premio a su Sangre Pura y reconocimiento del esfuerzo
empeñado en su Estrategia. Es así como el Signo del Origen tuvo, con el correr
de la Historia, una particular proliferación entre ciertos linajes que orgullosamente
lo incorporaron a sus estandartes. Naturalmente; los Líderes trataron en un
principio de velar en parte su contenido simbólico simplificando la figura, es decir,
quitando algunos elementos sugestivos, pero, luego de la caída en el exoterismo
y la vulgarización, el verdadero aspecto del Signo del Origen fue olvidado; ya
dije, por ejemplo, que la Swástika procede por mutilación y deformación de aquel
Signo Primordial.
Sin embargo en muchos casos, debido a la extraordinaria pureza
sanguínea de algún linaje, el Signo del Origen fue exhibido completo, permitiendo
a los Líderes emplear su enorme poder para proyectar la luz del Gral sobre la
masa del pueblo. Podría dar varios ejemplos de comunidades asiáticas
portadoras del Signo, pero tenemos a mano el caso de los sajones que habían
grabado el Signo del Origen en un tronco de árbol al que consideraban columna
del mundo, universalis columna. El fin de tan audaz determinación merece
también un comentario. Cuando en el 772 Carlomagno conquistó Teutoburger
Vald procedió rápidamente a destruir el tronco Irminsul y a ejecutar a cinco mil
miembros de la nobleza sajona. No conforme con esto, luego de tres décadas de
heroica resistencia, la Raza sajona, de purísimo linaje hiperbóreo, fue totalmente
“cristianizada” (previa ejecución de sus más puros retoños). He sabido que
muchos alemanes cultos consideran “afortunada” esta espantosa campaña
carolingia. Así, por ejemplo, el profesor Haller opina sin rubor que “sin la sumisión
de los sajones hoy no existiría una nación alemana” pues “para el devenir
histórico de la nación alemana, tal cual hoy es, la incorporación de los sajones al
Imperio de Carlomagno era una condición previa imprescindible”. Esta opinión
generalizada se basa en el análisis “a posteriori” de los hechos históricos, y por
eso, considerando que la extinción de la dinastía carolingia posibilitó que
doscientos años más tarde la sangre sajona llegara con Otón I a ponerse al frente
del mundo occidental, se da por sentado que la dominación y “conversión” de los
sajones fue “necesaria” y positiva. He aquí mi humilde opinión: la
Judeocristianización de los sajones representa el más duro golpe que los
Poderes Infernales asestaron a los linajes hiperbóreos en la Era cristiana, mayor
aún que la conversión de los Vikingos, de los Celtas o la destrucción de los
Cátaros, sólo comparable al aniquilamiento de los Reinos Godos. Y la
destrucción del árbol Irminsul, con la pérdida para occidente del Signo del
Origen, es una catástrofe muy difícil de evaluar.
6to. – No es imprescindible, ni siquiera necesario, que la Vruna de
Oricalco se encuentre en el seno de un pueblo para que la influencia del Gral
actúe sobre éste. El Gral actúa sobre los hombres desde el Origen, propiedad
que no puede ser afectada por ninguna variable física, se encuentre donde se
encuentre la Vruna de Oricalco. Por eso es hasta cierto punto absurdo que se
atribuya a tal o cual pueblo el haber alcanzado “un alto grado de Civilización”
porque “se encontraba en posesión del Gral”, dado que el Gral no puede estar en
posesión de nadie pues es, por disposición del Gallardo Señor, prueba de la
Divinidad de todos los Espíritus cautivos. Lo que un pueblo puede tener en
custodia es la Vruna de Oricalco, pero sólo como premio y reconocimiento a una
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